El editor la presentó como una tésera de hospitalidad de bronce, pero ni la forma ni lo inscrito apuntan a ese tipo de documento. Es una pieza fundida, con buena pátina de color verde, en forma de topo o de perro sedente. La parte central de la cara posterior está ahuecada y deja un reborde en el que se ha trazado una inscripción en caracteres celtibéricos. Esta singularidad sólo cuenta con un paralelo en una tésera anepÃgrafa de la colección Turiel (CT-21), idéntica a ésta. Aunque Almagro Gorbea (2003, 377) opina que ambas son las dos contraseñas de un mismo pacto, Simón Cornago (2013, 472) no lo cree asÃ, dado que ambas piezas miran en la misma dirección, a la izquierda, por lo que no son simétricas, asà que es imposible que al unirlas por sus lados planos reconstruyan el volumen completo de la figurada representada.
La forma de animal sedente sólo se encuentra en esta pieza y otra de la misma colección Turiel, CT-21. Además, parece que una parte esgrafiada es antigua y otra moderna. Todo ello hace dudar de su autenticidad. Pesa 39,7 gr.
Análisis metalográfico: Cu: 63,8%; Sn: 15,8%; Pb: 20%; Fe: 0,29%; Ni: -; Zn: -; As: -; Ag: 0,078%; Sb: 0,103% (S. Rovira en Jordán 2004, 164).
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