Pieza que el editor presenta como una tésera de bronce fundida en forma de pilar de sección romboidal acabado en una cabeza humana, probablemente masculina, por lo que recuerda la disposición de un hermes. La cabeza tiene marcada una nariz fina y prominente, los ojos grandes por medio de sendos cÃrculos y la boca trazada con una pequeña ranura horizontal. Por la parte posterior ofrece dos trazos en la nuca, ligeramente angulados, que marcan el pelo. El trazo superior prosigue hasta la frente, donde salen de él otros tres pequeños trazos transversales, a modo de diadema. El pilar, de forma ligeramente piramidal y de sección romboidal, muestra las dos caras anteriores resaltadas por trazos paralelos a las aristas, mientras que las dos caras posteriores ofrecen sendas lÃneas de signos escritos de izquierda a derecha con trazos a buril. Pesa 20,29 gr.
Análisis metalográfico: Cu: 64,5%; Sn: 6,89%; Pb: 28,1%; Zn: nd; Fe: 0,23%; Ni: 0,01%; As: 0,06%; Sb: 0,15%; Ag: 0,059%; Au: -; Bi: - (Almagro-Gorbea et alii 2004, 339).
Esta tésera carece de paralelos conocidos en la Celtiberia, pero esta idea aparece asimilada en la escultura ibérica, como se muestra en la escultura del oso o el león de Porcuna (Jaén), que apoya su pata sobre un hermes de este tipo. La idea de la cabeza sà que está bien documentada en la iconografÃa celtibérica.
La pieza muestra una morfologÃa con paralelos entre los exvotos ibéricos del sur peninsular, sobre todo en el tratamiento del rostro, con las cuencas oculares sobredimensionadas, o del casco que le cubre la cabeza. Estos exvotos se desconocen en el ámbito celtibérico.
No parece que se trate de una tésera para Beltrán et alii. Tampoco para Jordán 2019.
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