Tésera de bronce en forma de cabeza de un animal carnicero hacia la derecha, partida transversalmente. Está realizada con estilo poco realista y decorada con auténtico horror vacui, por lo que es difÃcil precisar si se trata de un lobo, de un lince o incluso de un animal semifantástico. La pieza está fundida a la cera perdida a base de planos curvados suaves en alto relieve, mientras que en la cara posterior, lisa, se ha grabado la inscripción. La cabeza del animal muestra un grueso cuello vertical decorado con un toro sogueado que deja en la parte del lomo una serie de siete hendiduras semicirculares trazadas a troquel. La parte delantera del cuello ofrece cinco y cuatro golpes de troquel en forma de ova, mientras que la cara del animal está formada por un punto con un semicÃrculo para señalar el ojo y un doble reborde con trazos que indican los pliegues de las fauces del animal, representado con la boca abierta. Pesa 27,60 gr.
Al parecer se halló en el yacimiento del castro de Villasviejas del Tamuja, Botija, Cáceres, en un hallazgo casual. Existen restos de un castro y una necrópolis con un doble perÃodo de ocupación: inicios del s. IV a.e. - II a.e. y mediados del II a.e. - primera mitad del s. I. a.e. En ese yacimiento se encontró abundante material numismático con la leyenda en signario paleohispanico celtibérico occidental [Mon.91] tamusia, localidad que no es citada en las fuentes clásicas. La pervivencia del topónimo antiguo en el moderno tamusia > Tamuja fue el argumento decisivo para identificar el yacimiento con esa antigua población. La localización de esta ceca fuera del territorio celtibérico se explica como resultado de migraciones, bien consentidas bien obligadas por Roma, a finales del s. II a.e., desde la Celtiberia y en concreto de población segedense (Sánchez Moreno 2000, 225). Las palabras de Plinio NH 3.3.13, Celticos a Celtiberis ex Lusitania advenisse manifestum est sacris, lingua, oppidorum vocabulis […] serÃan quizá reflejo de esos movimientos. Como indica Amela 2015b, 73, a estos datos se podrÃa haber añadido la acuñación de monedas celtibéricas, que efectivamente se han encontrado en la zona en gran cantidad. Estos segedenses tendrÃan que proceder de la Segeda arévaca que surgirÃa tras la destrucción de la bela, ya que llevaron consigo el signo occidental para la nasal bilabial /m/, tal y como se aprecia en la leyenda monetal. Las caracterÃsticas lingüÃsticas también confirman su carácter celtibérico.
En este lugar también se halló la tésera en alfabeto y lengua latinos en la que se lee AVILACA (aunque es posible que proceda de El Castillejo del Boje).
La pieza se conserva en la Real Academia de la Historia, Madrid. Procede de la Colección Pellicer.
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