Objeto cúbico de piedra arenisca muy compactada y de dureza media. En cada una de sus caras tiene grabado un signo. Es, probablemente, un dado de juego con seis valores numéricos, pero sin conocimiento seguro sobre la correspondencia entre signos y valores. Extraña el hecho de que sólo se haya encontrado un dado con estas caracterÃsticas, ya que en el juego romano lo normal era utilizar dos o tres dados. Es posible que otros jugadores aportaran a la partida dados con los valores señalados por puntos, siempre que conocieran los valores representados en éste. Si se trata de un dado los numerales deberÃan aparecer de modo que las caras opuestas sumen 7, tal como los otros dados de la época que se conocen (romanos, griegos y etruscos). Otra forma de grabar los numerales serÃa escribiendo el nombre del número, como se atestigua en dados etruscos. Por otra parte, podrÃa no ser un dado, sino una tésera destinada a formar parte de un todo en el que tendrÃa que casar, como ocurre con las téseras de forma geométrica. AsÃ, existe la posibilidad de que las primeras téseras tuvieran esta forma, apoyada en la etimologÃa del nombre del objeto, tésera, que proviene del griego "cuatro" y lo tomó en préstamo el latÃn, que pudo derivar semánticamente a "cuadrado" o "cubo". Su funcionamiento vendrÃa dado como una especie de código que el portador, con los movimientos pertinentes, sólo él y la otra parte, conocerÃan, darÃa a conocer. La posibilidad de que se trate de una tésera es mayor si se tiene en cuenta que tanto este dado como el que proviene de Calahorra provienen de la zona celtibérica occidental, donde la práctica de la escritura es menor que en la zona oriental, y además, más tardÃa. AsÃ, si la formalización del hospitium se hubiese materializado en un objeto provisto de signos gráficos, la posibilidad de conservación de tal práctica en la zona occidental serÃa mayor.
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