Sillar de la escalera de la torre SE con signo inscrito en su parte superior.
El yacimiento tuvo dos momentos de ocupación (Rodiles I y Rodiles II), separados por un nivel de incendio, huella de incidentes allà sucedidos relacionados con las intervenciones de Graco en 179 a.C. o con la campaña de Nobilior contra Segeda durante 154-153 a.C.. Tras el incendio, las comunidades indÃgenas continuaron su desarrollo bajo la supervisión romana, lo que se demuestra por el hallazgo de cerámicas celtibéricas de gran calidad junto a numerosos materiales romanos de importación, como la cerámica de barniz negro y las ánforas itálicas, algunos objetos de hueso, un umbo de escudo y varios ases de bronce de las cecas de titiakos, tamaniu, okualakos y Castulo. De esta etapa (Rodiles II), proceden los grafitos.
Los Rodiles es uno de los ejemplos de los poblados que fueron creciendo desde principios del s. III a.C., convirtiéndose en el centro de pequeñas comarcas naturales, con cierta autonomÃa y muy vinculados a centros mayores, en este caso Arcóbriga, BÃlbilis o Segeda.
El yacimiento de Los Rodiles se caracteriza por un importante sistema defensivo compuesto por tres lÃneas de muralla concéntricas, de las cuales la más imponente y mejor conservada es la interior, rematada por torres. Algunos sillares presentan signos, inscritos. En el Valle del Ebro, en concreto en algunos sillares almohadillados de la muralla de Contrebia Belaisca (Botorrita, Z), también se han encontrado signos. Y en la Meseta sólo se conoce el ejemplo de Yecla de Yeltes (Salamanca), pero es lejano en el espacio y el tiempo (I Edad del Hierro). el significado de estos signos podÃa ser marca de cantero o motivos decorativos.
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