FECHA HALLAZGO:
CIRCUNS. HALLAZGO:
DATACIÓN
Del siglo -I hasta el siglo I.
|
CRITERIOS DE
DATACIÓN :
Arqueológicos e histórico-paleográficos: la horquilla temporal del uso del alfabeto latino se extiende desde época post-sertoriana (post - 82/72 a.e.) hasta época augústea (- 27 / + 14) o de manera más general época julio-claudia (- 27 / + 68), hasta el último grafito numantino datado por criterios arqueológicos.
La datación del material numismático encontrado junto a la pieza marca un Terminus ante quem: + 150.
|
CONTEXTO HALLAZGO:
Ver en ventana emergente
La tésera fue hallada en el sector 15 del yacimiento de las Eras de San MartÃn, en donde se localiza Graccurris. En dicho sector, que se sitúa en el cerro occidental, comenzó a construirse un conjunto monumental, de posible uso religioso y ritual, a partir del s. I d.e., se va ampliando a lo largo del II, queda terminado durante la dinastÃa antonina y se usó hasta finales del III. Delante del edificio central de ese conjunto encontramos el elemento más singular del espacio, una gran piscina, con una orientación similar a la edificación. Es una construcción de 2,50 m de profundidad con una anchura de 36,5 m y una longitud que de momento desconocida, pero no inferior a 25 m. En su interior estaba revestida por siete gradas de arenisca. Hasta 2016 se habÃa excavado hasta el fondo una superficie de 75 m2. Se pudo comprobar allÃ, al excavar los limos de decantación, que entre finales del s. II y finales del III se usó como lugar de ofrendas, especialmente numismáticas. Con posterioridad, durante el bajo imperio, la piscina en cuestión fue utilizada como vertedero, mientras algunas zonas del edificio como los pórticos se utilizaron como silos de almacenaje y otras zonas fueron saqueadas para la reutilización de los materiales para la construcción.
|
OBSERVACIONES:
El único rasgo anatómico del caballo representado que puede apreciarse es el ojo en la cara con inscripción, realizado mediante un cÃrculo hundido. La cola es un poco desproporcionada, casi tan grande como la cabeza. Sobresalen particularmente tanto el pecho, en forma de quilla de ave invertida, que queda unido a la cabeza a la altura de la boca con lo que podrÃa ser algún tipo de arreo (¿riendas?), como el cuarto trasero del animal, que acaba en dos ángulos rectos. Las patas quedan cortas (c. 0,5 cm la delantera y c. 0,8 la trasera) y anchas (0,5 cm de grosor).
La forma es singular y podrÃa dar la sensación de estar representando un signum equitum. Se explicarÃa de esta manera el tamaño desproporcionado de la supuesta cola y las protuberancias estarÃan reflejando las cabezas humanas que decoran algunos de los dobles prótomos numantinos o fÃbulas de caballito. Si bien es cierto que esta posibilidad puede explicar muy bien la doble protuberancia, llama la atención la forma de la supesta cola. Se aleja bastante de la cabeza. ¿Es fruto del desgaste propio de una pieza hallada en las condiciones en las que estuvo? Además, si bien se observa que la forma del vientre es simétrica, no lo es la del lomo. Es una posibilidad que hay que considerar. También podrÃa darse el caso de que la figura represente un caballo y otro animal o un caballo cuya cola se transforma en otra cosa, al modo del équido cuya cola se convierte, al parecer, en un toro en la decoración de unas cerámicas numantinas.
También podrÃa pensarse que la pieza es una fÃbula de caballito reaprovechada como soporte de escritura, con lo que figura y textos no resultarÃan contemporáneos. En concreto se tratarÃa del tipo 8a que aporta Lorrio 2005 (= 1997), 207, fig. 84. Se habrÃa cortado los cascos de las patas, perdiendo la perforación tÃpica de las traseras. Asà se podrÃa explicar la diferencia de tamaño de las extremidades. Pero también habrÃa que considerar que no hay rastro alguno de la pieza que ayudarÃa a enganchar el alfiler.
|
|
Filtrar:
|