RodrÃguez Ramos apoya la datación paleográfica en las variantes gráficas s6, te14, ba1.
El trazado de las interpunciones en ambos fragmentos es diferente: en a) son tres puntos de realización cuidada, mientras que en b), los puntos, casi guiones, son cuatro y poco cuidados.
Otras particularidades epigráficas son: la variante utilizada para el signo i es la misma en ambos fragmentos, i1, pero la realización es diferente. El tercer signo es más compacto y el 12º más alargado. En cuanto al signo a, se utilizan dos variantes diferentes, a2, y a3, la primera con tallo y ángulo redondeado, y la segunda, sin tallo y angulosa.
Además hay que señalar que el ductus, a partir de la primera interpunción, cambia, es más alargado y los signos son más angulosos que ne la primera parte de la inscripción.
En esta inscripción está presente el problemático signo l' (15º), antecedido del signo l, como suele ser habitual. También en V.06.012, en el plomo V.06.007, en V.06.003 (Castellet de Bernabé), V.07.07 (Los Villares). BibliografÃa sobre la interpretación de este signo: Ferrer i Jané 2009, 473, nota 60, 474; RodrÃguez 2001, 288.
El penúltimo signo, n, presente un trazo añadido, oblicuo, en la parte inferior del primer trazo (López Fernández 2016a, fig. 43). El signo tiene poca representación en la epigrafÃa paleohispánica, con una distribución geográfica y cronológica extraña: quizás en V.06.008, en la estela de Trébago (SO.02.01), en las monedas de Salacia (Mon.103) y en el plomo de Gil Farrés (SP.01.07). Ferrer i Jané (2010, 103) lo aÃsla como variante dual para el signario meridional.
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