RodrÃguez Ramos considera útiles para la datación paleográfica de la pieza las variantes ba1, te11, te14, s6, ko2.
La realización del epÃgrafe contiene algunas peculiaridades: desde el 9º hasta el 13º signo los trazos son más finos que los anteriores. A partir de aquà son más gruesos, y del 4º al 7º. Los signos a partir del 21º son más pequeños que en el resto de la inscripción, lo cual se observa bien en el tamaño de los propios signos puesto que la altura máxima de éstos hasta el 20º es de 1,5 cm, mientras que a partir del 21º sólo llegan a 1,1 cm, predominando una altura media de 0,9 cm.
Otras peculiaridades son: el tercer signo está realizado como un signo i1, sin embargo su presencia ante el silabograma ti presenta problemas. Untermann lo interpreta como un signo n. PodrÃa haber sido un error de escritura del pintor, influido por el vocalismo del silabograma anterior.
El 21º signo presenta una forma peculiar, redondeada pero no por completo, con un trazo vertical interior. Es leÃdo como tu por Untermann y como te por Gómez-Moreno, Fletcher, Maluquer y Siles. Untermann prefiere su lectura a te dado que anteriormente ya hay escrito un signo te con otra forma. Sin embargo, no es extraño que un mismo epÃgrafe del mismo yacimiento aparezca un mismo signo representado de formas diferentes. Para otros ejemplos de este caso, v. López Fernández 2016a, 223.
Tras la interpunción, bajo los signos 23º y 24º existen restos de signos anteriores, corregidos con posterioridad borrándolos ligeramente y dibujando sobre ellos los nuevos signos corregidos. Bajo el 23º signo se conservan restos de un trazo vertical en la parte inferior derecha y restos de un trazo diagonal en la parte superior izquierda. Este signo anterior pudo haber sido ḿ u o. El signo anterior bajo el 24º podrÃa haber sido un signo n o un signo o, puesto que parece haber restos de un trazo horizontal en la parte superior.
|