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CITACIÓN:    BDHespGI.15.03, consulta: 15-09-2025

 

 YACIMIENTO:  MUNICIPIO:
 PROVINCIA:      REF. HESPERIA:  REF. MLH:
 DEPÓSITO,N.INV.  OBJETO:   TIPO YAC.:

 

 
Generalidades Texto EPIGRAFÍA Y
PALEOGRAFÍA
Ilustraciones Contexto Arqueológico Bibliografía

 

 FUENTE LEC.: SEPARADORES: Nº TEXTOS:

 LENGUA:    SIGNARIO:    SISTEMA DUAL:
 METROLOGÍA:

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Bloque de arenisca local mutilado por sus partes superior e izquierda, tal vez completo y sólo erosionado en las derecha e inferior. Aunque para Simón los lados escuadrados podrían ser el resultado de su reutilización como material de construcción. Presenta diversos golpes y desconchados en la superficie de escritura y en especial una abrasión en la esquina inferior derecha, provocada por la máquina excavadora que extraía los niveles superficiales bajo los que fue encontrada, y que afecta a los últimos signos de las líneas 2 y 3. La inscripción ha sido realizada a punzón y todavía se advierten los puntos con los que se fueron construyendo los trazos.

Para Untermann, hacia la izquierda falta un trozo de extensión indeterminable. En cambio, según Velaza, a la altura de la segunda línea la cara lateral se mostraría completa, con lo que, aun suponiendo una ordinatio muy cuidadosa y simétrica, en la l. 1 faltarían no más de tres signos, y probablemente ninguno en las ll. 2 y 3. Tampoco se puede calcular el grado de pérdida respecto a la parte superior. Sin embargo, dado que encima de a primera linea conservada no hay restos indudables de letras, tanto para Untermann, com para Velaza el texto original empezaría con esta linea. Untermann sugiere los paralelos de las estelas saguntinas F.11.1 y 11.3, por la distribución del espacio vacio y de las lineas escritas, por lo que considera que la inscripción constaría solo de tres lineas en total. Para de Hoz (2011, 380) podría ser una stela rústica. Simón (2012) propone identificar un circulo decorativo de 4cm de diámetro en la parte superior realizado mediante puntos, circunstancia que junto a su grosor le induce a pensar que se trata de un fragmento de estela.

Para Untermann todas casi todas las secuencias de la inscripción corresponderían a formantes antroponímicos. El primero sería bas: que podria corresponder a baś, kibaś (en letra latina -gibas) y tibaś, aunque los tres terminan con ś en lugar de s. Para ]aŕ considera anaŕ, balaŕ e iaŕ. Mientras que el resto corresponderían a biuŕ, tikeŕ y kaltur' o kaltun. El único elemento no antroponímico sería la terminación -ui, que sería la misma que aparece en ]taŕui sobre un fragmento de cerámica ática de Ullastret (C.2.35), -banui al final de Ia última linea de la cara exterior de un plomo hallado en Empúries (C.1.6). Siguiendo una sugerencia de Michelena (1961, 11,13), Untermann (1984, 380 sg.) propone que -ui fuese una representación arcaica de la particula posesiva ḿi. Para este investigador, la presencia de la partícula ui sería un argumento a favor de la interpretación funeraria del texto, puesto que esta partícula suele aparecer en este tipo de inscripciones acompañando al nombre del difunto, como sucede en las inscripciones funerarias de Benasal (E.9.1), Canet lo Roig (F.2.2), Sagunto (F.l1.10) y Iglesuela del Cid (E.8.1). La interpretación funeraria de este texto, junto con su cronología de los ss. IV-III aC es aducido por Untermann como evidencia contra la hipótesis de que la epigrafía funeraria ibérica sólo se generaliza como producto de los modelos romanos.

La reconstrucción e interpretación propuesta por Untermann es la siguiente:
[biuŕti]basui biu
[ŕboŕ bal]aŕtikeŕ
[ebanen balaŕ]kaltu[ŕ]

"(es propiedad de) [Biuŕtibas, hijo de Biuŕboŕ; Balaŕtigeŕ [Se encargo del entierro, hijo de Balaŕkalduŕ".

Según Velaza, la lectura de Untermann de algunos signos resulta problemática: el primer signo de l. 1 coincide con un desconchado de la piedra y debe tomarse con precaución. La l. 2, afectada por una acusada erosión, resulta ser la de más difícil lectura: así, el primer signo, leído por Untermann como a, podría no ser sino un desconchado de la superficie original de la pieza: el siguiente es ŕ con seguridad, pero el signo 3 podría ser ke o be, muy difícilmente ti. A continuación quedan restos de dos signos, de los cuales el primero podría ser r y el segundo, afectado ya por la abrasión de la excavadora, tal vez e. Según este autor, lo que se conserva del texto sólo permitiría identificar como segmentos antroponímicos a biu en la primera línea, que podría tal vez continuarse en la l. 2 como biuŕkere , o de kaltu[ en l. 3. Y considera que nada obliga a afirmar que el texto revista un carácter funerario.

La lectura propuesta por Velaza es:
]suibiu
]ŕkere[
]kaltu[

Luján (HEp 16, 2002) coincide con Velaza en que la interpretación de Untermann es demasiado hipotética.

Moncunill (2010) contempla la posibilidad de que sui sea la forma abreviada del formante suise y coincide con Velaza en que la segunda línea coninuaria de la primera sin pérdida de texto, con lo que la lectura biuŕkere sería posible, aunque reconoce los problemas de lectura de los últimos signos.

Rodríguez Ramos (2014) incluye biu[, ]kaltu[ y ]ŕtakeŕ en su repertorio de formantes onomásticos. Considera que el signo leido ti por Untermann y ke por Velaza es en realidad ta.

Simón (2012) no transcribe el signo más conflictivo de la segunda linea, pero propone que el último signo de esta línea, leido ŕ por Untermann y e por Velaza, sea un signo ḿ.

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