Bloque de arenisca local mutilado por sus partes superior e izquierda, tal vez completo y sólo erosionado en las derecha e inferior. Aunque para Simón los lados escuadrados podrÃan ser el resultado de su reutilización como material de construcción. Presenta diversos golpes y desconchados en la superficie de escritura y en especial una abrasión en la esquina inferior derecha, provocada por la máquina excavadora que extraÃa los niveles superficiales bajo los que fue encontrada, y que afecta a los últimos signos de las lÃneas 2 y 3. La inscripción ha sido realizada a punzón y todavÃa se advierten los puntos con los que se fueron construyendo los trazos.
Para Untermann, hacia la izquierda falta un trozo de extensión indeterminable. En cambio, según Velaza, a la altura de la segunda lÃnea la cara lateral se mostrarÃa completa, con lo que, aun suponiendo una ordinatio muy cuidadosa y simétrica, en la l. 1 faltarÃan no más de tres signos, y probablemente ninguno en las ll. 2 y 3. Tampoco se puede calcular el grado de pérdida respecto a la parte superior. Sin embargo, dado que encima de a primera linea conservada no hay restos indudables de letras, tanto para Untermann, com para Velaza el texto original empezarÃa con esta linea. Untermann sugiere los paralelos de las estelas saguntinas F.11.1 y 11.3, por la distribución del espacio vacio y de las lineas escritas, por lo que considera que la inscripción constarÃa solo de tres lineas en total. Para de Hoz (2011, 380) podrÃa ser una stela rústica. Simón (2012) propone identificar un circulo decorativo de 4cm de diámetro en la parte superior realizado mediante puntos, circunstancia que junto a su grosor le induce a pensar que se trata de un fragmento de estela.
Para Untermann todas casi todas las secuencias de la inscripción corresponderÃan a formantes antroponÃmicos. El primero serÃa bas: que podria corresponder a baÅ›, kibaÅ› (en letra latina -gibas) y tibaÅ›, aunque los tres terminan con Å› en lugar de s. Para ]aÅ• considera anaÅ•, balaÅ• e iaÅ•. Mientras que el resto corresponderÃan a biuÅ•, tikeÅ• y kaltur' o kaltun. El único elemento no antroponÃmico serÃa la terminación -ui, que serÃa la misma que aparece en ]taÅ•ui sobre un fragmento de cerámica ática de Ullastret (C.2.35), -banui al final de Ia última linea de la cara exterior de un plomo hallado en Empúries (C.1.6). Siguiendo una sugerencia de Michelena (1961, 11,13), Untermann (1984, 380 sg.) propone que -ui fuese una representación arcaica de la particula posesiva ḿi. Para este investigador, la presencia de la partÃcula ui serÃa un argumento a favor de la interpretación funeraria del texto, puesto que esta partÃcula suele aparecer en este tipo de inscripciones acompañando al nombre del difunto, como sucede en las inscripciones funerarias de Benasal (E.9.1), Canet lo Roig (F.2.2), Sagunto (F.l1.10) y Iglesuela del Cid (E.8.1). La interpretación funeraria de este texto, junto con su cronologÃa de los ss. IV-III aC es aducido por Untermann como evidencia contra la hipótesis de que la epigrafÃa funeraria ibérica sólo se generaliza como producto de los modelos romanos.
La reconstrucción e interpretación propuesta por Untermann es la siguiente:
[biuŕti]basui biu
[ŕboŕ bal]aŕtikeŕ
[ebanen balaŕ]kaltu[ŕ]
"(es propiedad de) [Biuŕtibas, hijo de Biuŕboŕ; Balaŕtigeŕ [Se encargo del entierro, hijo de Balaŕkalduŕ".
Según Velaza, la lectura de Untermann de algunos signos resulta problemática: el primer signo de l. 1 coincide con un desconchado de la piedra y debe tomarse con precaución. La l. 2, afectada por una acusada erosión, resulta ser la de más difÃcil lectura: asÃ, el primer signo, leÃdo por Untermann como a, podrÃa no ser sino un desconchado de la superficie original de la pieza: el siguiente es Å• con seguridad, pero el signo 3 podrÃa ser ke o be, muy difÃcilmente ti. A continuación quedan restos de dos signos, de los cuales el primero podrÃa ser r y el segundo, afectado ya por la abrasión de la excavadora, tal vez e. Según este autor, lo que se conserva del texto sólo permitirÃa identificar como segmentos antroponÃmicos a biu en la primera lÃnea, que podrÃa tal vez continuarse en la l. 2 como biuÅ•kere , o de kaltu[ en l. 3. Y considera que nada obliga a afirmar que el texto revista un carácter funerario.
La lectura propuesta por Velaza es:
]suibiu
]ŕkere[
]kaltu[
Luján (HEp 16, 2002) coincide con Velaza en que la interpretación de Untermann es demasiado hipotética.
Moncunill (2010) contempla la posibilidad de que sui sea la forma abreviada del formante suise y coincide con Velaza en que la segunda lÃnea coninuaria de la primera sin pérdida de texto, con lo que la lectura biuÅ•kere serÃa posible, aunque reconoce los problemas de lectura de los últimos signos.
RodrÃguez Ramos (2014) incluye biu[, ]kaltu[ y ]Å•takeÅ• en su repertorio de formantes onomásticos. Considera que el signo leido ti por Untermann y ke por Velaza es en realidad ta.
Simón (2012) no transcribe el signo más conflictivo de la segunda linea, pero propone que el último signo de esta lÃnea, leido Å• por Untermann y e por Velaza, sea un signo ḿ.
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