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CITACIÓN:    BDHespL.01.03, consulta: 15-09-2025

 

 YACIMIENTO:  MUNICIPIO:
 PROVINCIA:      REF. HESPERIA:  REF. MLH:
 DEPÓSITO,N.INV.  OBJETO:   TIPO YAC.:

 

 
Generalidades Texto EPIGRAFÍA Y
PALEOGRAFÍA
Ilustraciones Contexto Arqueológico Bibliografía

 

 FUENTE LEC.: SEPARADORES: Nº TEXTOS:

 LENGUA:    SIGNARIO:    SISTEMA DUAL:
 METROLOGÍA:

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Se trata de una lámina de plomo de forma casi rectangular, cuyas dimensiones actuales son 13,8 x 3,2 cms (medidas máximas). Presenta restos de tres textos en muy diferente grado de conservación, uno en una de sus caras y dos más en la cara opuesta. Tanto las denominaciones A y B con las que distinguimos ambas caras como las de A, B1 y B2 que aplicaamos a los tres textos vienen determinadas por el orden en el que se supone que éstos fueron escritos.

El texto A ocupa la parte central de la cara A y está evidentemente incompleto por la parte final, lo que obliga a pensar que, cuando se escribió, el plomo era más largo de lo que lo es en su estado actual; sin embargo, los dos textos de la cara B, se presentan íntegros por el principio, y uno de ellos incluso aparece “sangradoâ€. Parece, pues, evidente, que ambos fueron escritos con posterioridad a la fractura de la pieza por ese lado y, por lo tanto, con posterioridad al texto A. Por lo demás, que el texto B1 es anterior al texto B2 resulta evidente al constatar que algunos de sus signos han sido escritos por encima de los del texto precedente.

El texto se transcribe como si fuera no-dual siguiendo a los editores y las dualidades secundarias (Ferrer 2015) se dan como lecturas alternativas. No obstante, los elementos léxicos que se relacionan.


A)

+ŕsu+: El primer signo podría ser bi o a, y el último n o i. En cualquier caso, sería posible la identificación de un formante antroponímico biŕ (§7.41) o aŕs (§7.15).

sakaŕbaś: Si la lectura del penúltimo signo fuera la correcta se trataría sin lugar a dudas de un nombre personal formado por los elementos sakaŕ (§7.96) y baś (§7.27), para el que disponemos, además, de un paralelo idéntico en G.7.2,B–4.


lauŕu+[: La última crux podría corresponderse con ŕ, ke o te. Para el inicio de la secuencia conviene recordar el formante antroponímico lauŕ (§7.84); no es seguro que esta forma esté relacionada con el numeral laur, al que se da el valor de 'cuatro' (Orduña 2005; Ferrer 2009).

B1)

abaŕ: A pesar de que el radical abaŕ puede actuar algunas veces como formador de antropónimos (§7.1), el hecho de que aparezca aquí de forma aislada hace suponer que nos hallemos ante otro tipo de palabra (v. MLH III.1 §561, o, para una interpretación como numeral, Orduña 2005 y 2013; Ferrer 2009 y 2022). Del mismo modo, debe tomarse en cuenta el hecho de que la primera palabra del otro texto de esa cara del plomo empiece precisamente con este mismo radical, en este caso aparentemente sufijado con –ar. V. también abaŕ.

+++iaika: Secuencia que presenta graves problemas de lectura: la primera crux podría corresponder tanto a u como a l, pero las dos siguientes no son interpretables debido, en el primer caso, a los pliegues de la lámina y, en el segundo, a la superposición del texto C, escrito con posterioridad. En el final de la secuencia, quizás sea posible la identificación de un sufijo –ka o –ika, o incluso de una amalgama –ai–ka.

+istesetuŕeŕu El primer signo no es legible debido a los pliegues de la lámina; el séptimo signo sería también interpretable como ku o incluso te. Los paralelos para la interpretación de la secuencia no son, en ninguna de las alternativas
de lectura, muy abundantes. En el caso de que el séptimo signo pueda corresponder a te, deberíamos recordar el elemento eteŕ, que parece formador de antropónimos (§7.54), al que seguiría eŕu, para el que conviene recordar, a su vez, eŕu–t (F.11.34,3). Téngase en cuenta también la existencia de un sufijo –u, relativamente
frecuente tras formas antroponímicas.

B2)

abaŕar: Sin duda, hay que aislar un radical abaŕ de un sufijo –ar. Obsérvese que el otro texto de esta misma cara del plomo (BDH L.1.3–B,1) empieza con esta misma forma abaŕ, esta vez sin sufijo. La interpretación del radical como numeral podría verse reforzada por la aparición de śei–ar (BDH V.2.2–A), en el plomo de Casinos, secuencia que encajaría también en la estructura numeral –ar. Para los numerales ibéricos, v. principalmente Orduña 2005 y 2013; Ferrer 2009, 2022. V. también abaŕ.

unekire / uśekire: Entre el segundo y el tercer signo existe una mayor espaciado que creemos producido por una dilatación del material producto del despliegue de la lámina, que quizás esté ocultando el trazo que permitiría leer ś (Ferrer 2015). La estructura binaria de la palabra, quizás sufijada con –e, hace posible suponerle la categoría de nombre personal. Para un elemento un, cf. unbaś (BDH GI.10.20); para el segundo elemento, aunque no disponemos de paralelos exactos, recuérdese akir (§7.7), del que ekir podría ser variante. En cualquier caso, no sería tampoco descartable que en la formación de la palabra intervenga un radical –eki–, relacionable tal vez con el paradigma verbal de ekiar (v. ekiar).

as+bai: En el caso de que el signo 3 pudiera leerse como te, sería plausible un análisis de la forma como nombre personal formado con aste (§7.17) y bai (cf. ]+ltibaite, probablemente restituible y segmentable como ulti– bai–te (F.13.45) o beŕbaie (BDH B.4.1), además de algunas marcas de propiedad donde aparece de forma aislada (D.4.11, E.1.64,B y E.1.441)).

bine: Los paralelos más cercanos se encuentran en algunas marcas de propiedad sobre cerámica de Azaila (cf. binen de E.1.108 y 109); sin embargo, el contexto de aparición de la palabra en el plomo no garantiza en absoluto una interpretación de la forma como un nombre personal abreviado. El final de la palabra en –e haría suponer una relación de concordancia con la palabra precedente unekire. Quizás sea destacable el hecho de que en otro plomo con la misma procedencia encontremos un segmento ine igualmente aislado entre interpunciones (D.13.1,2). Recuérdese también bin, con valor de numeral ‘dos’ (Orduña 2005; Ferrer 2009).

banaibeki: El último signo parece interpretable como una ki simple que entraría en contacto, por la parte superior, con un trazo vertical proveniente de una línea superior de texto, actualmente perdida. De la comparación con śaleibekitekiar (parte de la inscripción en scriptio continua F.13.4) y bekinetaneŕs (B.3.2,2), podemos proponer una segmentación de la secuencia como banai–beki, aunque no nos sea posible ir más allá en cuanto al análisis gramatical y semántico de la palabra. Tal vez sea remarcable la coincidencia del final de la palabra con iunstirubeski, forma situada justo debajo, casi en forma de columna (v. también, para esta misma estructura, baśbaneŕai y śaniai, del mismo plomo).

biteukin: Posiblemente debemos poner el inicio de la secuencia en relación con bite, forma quizás pronominal que interviene en la formación de paradigmas supuestamente verbales del tipo de –eŕok– (v. –(e)ŕok–). La ecuación permitiría postular la existencia en (e)ukin de otra raíz de tipo verbal, como también podría serlo ]bitiukin (BDH T.15.1). Para el final, téngase en cuenta también eukin (C.14.1). Otras formas aducibles podrían ser eukiar, que encontramos en beŕbeina[r]ieukiarḿi (F.14.1,3/4) y koloitekaŕieukiar (F.14.1,4/5), aunque la segmentación más adecuada quizás sea ieukiar, e incluso eukilu (F.13.73).

baśbaneŕai: En el inicio de la secuencia sería posible la identificación del formante antroponímico baś (§7.27); para baneŕ, en cambio, no disponemos de paralelos idénticos, aunque cf. baśbane (F.13.23), baśbanir (B.23.2), baśbanege (B.7.36,B–11), ba]śbaniŕ (F.13.47), belar baniŕ (F.13.3,10, que quizás haya que leer como una unidad). El final en –ai debe ser con toda probabilidad interpretado como un sufijo, de modo que sería detectable una vinculación, seguramente de concordancia gramatical, con la palabra śaniai que aparece colocada justo debajo de esta forma, casi en forma de columna.

iunstirubeski: La frecuencia del término iunstir (v. iunstir) en inscripciones sobre plomo hace posible una segmentación de la secuencia como iunstir–ubeski. No disponemos, sin embargo, de paralelos para analizar –ubeski.

śaniai: Tal vez nombre personal simple (§7.99) sufijado con –ai. Se establecería así una posible relación de concordancia con la forma baśbaneŕai, dispuesta justo encima, como en forma de columna.

o: A pesar de que la lectura del signo resulte dudosa (se puede tratar incluso de un nexo), es posible que se trate de una abreviatura o de una expresión numeral.


 OBSERVACIONES PALEOGRÁFICAS:   Ver en ventana emergente  

Los editores consideran que el signario empleado es siempre el nordoriental en su variante no-dual, y el sentido de la escritura es, como se espera en estos casos, de izquierda a derecha. A juzgar por la posible detección de restos de signos en la extremidad superior e inferior de la cara B, así como por la aparición de un signo cortado por la mitad en el extremo derecho de la cara A, la pieza podría haber sufrido mutilaciones tanto por las partes superior e inferior, como, al menos, por uno de los dos laterales. Para establecer las eventuales relaciones entre los tres textos, sólo pode-mos recurrir a criterios paleográficos: si tenemos en cuenta la distinta realización de la grafía desen las tres inscripciones, así como las diferentes variantes de e y te que encontramos en dos de ellas, parece muy probable que cada uno de los tres textos haya sido escrito por una mano diferente. La variabilidad en el ductus y el módulo de los caracteres vendrían también a reforzar esta hipótesis.

Alternativamente, para Ferrer (2015), en el texto podrían documentarse dualidades explícitas secundarias del signo e en el texto C, el más moderno. La variante e5 de cuatro trazos por duplicado en el segmento uśégiré y la variante e4 de tres trazos en los segmentos baśbaneŕai y bine (Fig. 3 D2; Fig. 5, L2.3). Así como la dualidad del signo a en el texto B1, que está casi borrado y sobrescrito por el texto B2. La variante a3 se documenta en el primer segmento, ábaŕ. Mientras que la variante MLH II a1 se documenta en el segundo segmento de este mismo texto, +++aika (Fig. 3 D3). Según Ferrer todos los textos de este plomo podrían ser duales. Aun cuando no se detectan dualidades explícitas claras de silabogramas dentales y velares, quizás ka3 y ka2 formaran una, si los textos B1 y A fueran el mismo. Otro indicio positivo es la presencia de variantes complejas típicas de los textos duales como ka3 en el texto de la ara A y te13 en el texto B2 además de las dualidades explícitas de e y a.


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