Se trata de una lámina de plomo de forma casi rectangular, cuyas dimensiones actuales son 13,8 x 3,2 cms (medidas máximas). Presenta restos de tres textos en muy diferente grado de conservación, uno en una de sus caras y dos más en la cara opuesta. Tanto las denominaciones A y B con las que distinguimos ambas caras como las de A, B1 y B2 que aplicaamos a los tres textos vienen determinadas por el orden en el que se supone que éstos fueron escritos.
El texto A ocupa la parte central de la cara A y está evidentemente incompleto por la parte final, lo que obliga a pensar que, cuando se escribió, el plomo era más largo de lo que lo es en su estado actual; sin embargo, los dos textos de la cara B, se presentan Ãntegros por el principio, y uno de ellos incluso aparece “sangradoâ€. Parece, pues, evidente, que ambos fueron escritos con posterioridad a la fractura de la pieza por ese lado y, por lo tanto, con posterioridad al texto A. Por lo demás, que el texto B1 es anterior al texto B2 resulta evidente al constatar que algunos de sus signos han sido escritos por encima de los del texto precedente.
El texto se transcribe como si fuera no-dual siguiendo a los editores y las dualidades secundarias (Ferrer 2015) se dan como lecturas alternativas. No obstante, los elementos léxicos que se relacionan.
A)
+Å•su+: El primer signo podrÃa ser bi o a, y el último n o i. En cualquier caso, serÃa posible la identificación de un formante antroponÃmico biÅ• (§7.41) o aÅ•s (§7.15).
sakaÅ•baÅ›: Si la lectura del penúltimo signo fuera la correcta se tratarÃa sin lugar a dudas de un nombre personal formado por los elementos sakaÅ• (§7.96) y baÅ› (§7.27), para el que disponemos, además, de un paralelo idéntico en G.7.2,B–4.
lauÅ•u+[: La última crux podrÃa corresponderse con Å•, ke o te. Para el inicio de la secuencia conviene recordar el formante antroponÃmico lauÅ• (§7.84); no es seguro que esta forma esté relacionada con el numeral laur, al que se da el valor de 'cuatro' (Orduña 2005; Ferrer 2009).
B1)
abaŕ: A pesar de que el radical abaŕ puede actuar algunas veces como formador de antropónimos (§7.1), el hecho de que aparezca aquà de forma aislada hace suponer que nos hallemos ante otro tipo de palabra (v. MLH III.1 §561, o, para una interpretación como numeral, Orduña 2005 y 2013; Ferrer 2009 y 2022). Del mismo modo, debe tomarse en cuenta el hecho de que la primera palabra del otro texto de esa cara del plomo empiece precisamente con este mismo radical, en este caso aparentemente sufijado con –ar. V. también abaŕ.
+++iaika: Secuencia que presenta graves problemas de lectura: la primera crux podrÃa corresponder tanto a u como a l, pero las dos siguientes no son interpretables debido, en el primer caso, a los pliegues de la lámina y, en el segundo, a la superposición del texto C, escrito con posterioridad. En el final de la secuencia, quizás sea posible la identificación de un sufijo –ka o –ika, o incluso de una amalgama –ai–ka.
+istesetuÅ•eÅ•u El primer signo no es legible debido a los pliegues de la lámina; el séptimo signo serÃa también interpretable como ku o incluso te. Los paralelos para la interpretación de la secuencia no son, en ninguna de las alternativas
de lectura, muy abundantes. En el caso de que el séptimo signo pueda corresponder a te, deberÃamos recordar el elemento eteÅ•, que parece formador de antropónimos (§7.54), al que seguirÃa eÅ•u, para el que conviene recordar, a su vez, eÅ•u–t (F.11.34,3). Téngase en cuenta también la existencia de un sufijo –u, relativamente
frecuente tras formas antroponÃmicas.
B2)
abaÅ•ar: Sin duda, hay que aislar un radical abaÅ• de un sufijo –ar. Obsérvese que el otro texto de esta misma cara del plomo (BDH L.1.3–B,1) empieza con esta misma forma abaÅ•, esta vez sin sufijo. La interpretación del radical como numeral podrÃa verse reforzada por la aparición de Å›ei–ar (BDH V.2.2–A), en el plomo de Casinos, secuencia que encajarÃa también en la estructura numeral –ar. Para los numerales ibéricos, v. principalmente Orduña 2005 y 2013; Ferrer 2009, 2022. V. también abaÅ•.
unekire / uÅ›ekire: Entre el segundo y el tercer signo existe una mayor espaciado que creemos producido por una dilatación del material producto del despliegue de la lámina, que quizás esté ocultando el trazo que permitirÃa leer Å› (Ferrer 2015). La estructura binaria de la palabra, quizás sufijada con –e, hace posible suponerle la categorÃa de nombre personal. Para un elemento un, cf. unbaÅ› (BDH GI.10.20); para el segundo elemento, aunque no disponemos de paralelos exactos, recuérdese akir (§7.7), del que ekir podrÃa ser variante. En cualquier caso, no serÃa tampoco descartable que en la formación de la palabra intervenga un radical –eki–, relacionable tal vez con el paradigma verbal de ekiar (v. ekiar).
as+bai: En el caso de que el signo 3 pudiera leerse como te, serÃa plausible un análisis de la forma como nombre personal formado con aste (§7.17) y bai (cf. ]+ltibaite, probablemente restituible y segmentable como ulti– bai–te (F.13.45) o beÅ•baie (BDH B.4.1), además de algunas marcas de propiedad donde aparece de forma aislada (D.4.11, E.1.64,B y E.1.441)).
bine: Los paralelos más cercanos se encuentran en algunas marcas de propiedad sobre cerámica de Azaila (cf. binen de E.1.108 y 109); sin embargo, el contexto de aparición de la palabra en el plomo no garantiza en absoluto una interpretación de la forma como un nombre personal abreviado. El final de la palabra en –e harÃa suponer una relación de concordancia con la palabra precedente unekire. Quizás sea destacable el hecho de que en otro plomo con la misma procedencia encontremos un segmento ine igualmente aislado entre interpunciones (D.13.1,2). Recuérdese también bin, con valor de numeral ‘dos’ (Orduña 2005; Ferrer 2009).
banaibeki: El último signo parece interpretable como una ki simple que entrarÃa en contacto, por la parte superior, con un trazo vertical proveniente de una lÃnea superior de texto, actualmente perdida. De la comparación con Å›aleibekitekiar (parte de la inscripción en scriptio continua F.13.4) y bekinetaneÅ•s (B.3.2,2), podemos proponer una segmentación de la secuencia como banai–beki, aunque no nos sea posible ir más allá en cuanto al análisis gramatical y semántico de la palabra. Tal vez sea remarcable la coincidencia del final de la palabra con iunstirubeski, forma situada justo debajo, casi en forma de columna (v. también, para esta misma estructura, baÅ›baneÅ•ai y Å›aniai, del mismo plomo).
biteukin: Posiblemente debemos poner el inicio de la secuencia en relación con bite, forma quizás pronominal que interviene en la formación de paradigmas supuestamente verbales del tipo de –eÅ•ok– (v. –(e)Å•ok–). La ecuación permitirÃa postular la existencia en (e)ukin de otra raÃz de tipo verbal, como también podrÃa serlo ]bitiukin (BDH T.15.1). Para el final, téngase en cuenta también eukin (C.14.1). Otras formas aducibles podrÃan ser eukiar, que encontramos en beÅ•beina[r]ieukiarḿi (F.14.1,3/4) y koloitekaÅ•ieukiar (F.14.1,4/5), aunque la segmentación más adecuada quizás sea ieukiar, e incluso eukilu (F.13.73).
baÅ›baneÅ•ai: En el inicio de la secuencia serÃa posible la identificación del formante antroponÃmico baÅ› (§7.27); para baneÅ•, en cambio, no disponemos de paralelos idénticos, aunque cf. baÅ›bane (F.13.23), baÅ›banir (B.23.2), baÅ›banege (B.7.36,B–11), ba]Å›baniÅ• (F.13.47), belar baniÅ• (F.13.3,10, que quizás haya que leer como una unidad). El final en –ai debe ser con toda probabilidad interpretado como un sufijo, de modo que serÃa detectable una vinculación, seguramente de concordancia gramatical, con la palabra Å›aniai que aparece colocada justo debajo de esta forma, casi en forma de columna.
iunstirubeski: La frecuencia del término iunstir (v. iunstir) en inscripciones sobre plomo hace posible una segmentación de la secuencia como iunstir–ubeski. No disponemos, sin embargo, de paralelos para analizar –ubeski.
Å›aniai: Tal vez nombre personal simple (§7.99) sufijado con –ai. Se establecerÃa asà una posible relación de concordancia con la forma baÅ›baneÅ•ai, dispuesta justo encima, como en forma de columna.
o: A pesar de que la lectura del signo resulte dudosa (se puede tratar incluso de un nexo), es posible que se trate de una abreviatura o de una expresión numeral.
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