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CITACIÓN:    BDHespB.23.01, consulta: 04-11-2025

 

 YACIMIENTO:  MUNICIPIO:
 PROVINCIA:      REF. HESPERIA:  REF. MLH:
 DEPÓSITO,N.INV.  OBJETO:   TIPO YAC.:

 

 
Generalidades Texto EPIGRAFÍA Y
PALEOGRAFÍA
Ilustraciones Contexto Arqueológico Bibliografía

 

 FUENTE LEC.: SEPARADORES: Nº TEXTOS:

 LENGUA:    SIGNARIO:    SISTEMA DUAL:
 METROLOGÍA:

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De esta inscripción cabe destacar el hecho de que esté escrita de derecha a izquierda, hecho muy poco frecuente en la escritura ibérica nororiental. El elemento más familiar que aparece es el elemento balkar, aunque tradicionalmente interpretado como formante antroponímico, teniendo en cuenta el grado de repetición de este elemento en forma aislada o seguida del morfema -e en diversas inscripciones rupestres de La Cerdanya y en la del Cogul, lo más probable es que se trate de una referencia a una divinidad. En este caso complementada con el elemento kanśkebe, quizás un epíteto, que sería la que en este caso llevaría el característico morfema de dativo -er.

Entre los dos elementos finales y justo detrás de lo que parece la cabeza de la figura hay un signo n que no parece que pueda ligarse a ninguno de los elementos léxicos ya identificados y que por tanto podría funcionar de forma autónoma, como complemento de la figura o quizás del elemento final. La presencia de signos n aislados en otras inscripciones rupestres, ya han hecho plantear que fuera la forma abreviada de neitin. En la superficie aparecen otro signo n aislado y dos posibles pares de signos aislados, que a pesar de las dudas de lectura, podrían leerse como ni, que podría ser la forma abreviada de la conocida fórmula neitin iunstir.

El elemento final labeŕeiku podría ser una referencia toponímica por la presencia del morfo ku. La raíz de este topónimo sería labe(r) si se confirma la presencia del morfo ei, y quizás compartiría raíz con el topónimo Labitolosa. En una inscripción votiva esta referencia toponímica podría corresponder a un epíteto local, que podría estar identificando a la comunidad de la que la divinidad era protectora, como podrían ser balkar y n(eitin).

La segunda inscripción también está escrita de derecha a izquierda, se compone de dos líneas probablemente independientes, pero de paleografía coherente, donde se repite el elemento gaisir, que estaría formado por el núcleo gais y el morfo ir. Tanto la repetición como el hecho de que combine con ir, plausible variante del más frecuente er permite añadir este elemento a la relación de posibles divinidades o epítetos. En la segunda línea aparece un elemento ya conocido, aloŕberi, que en la tortera de Palamós encabeza el segundo texto. Aunque la interpretación habitual es que se trate de un antropónimo, dado que la repetición antroponímica es baja en ibérico, parece más probable integrarlo también dentro del grupo de posibles divinidades.

Análisis léxico:

gaisir: Este elemento admite dos segmentaciones, por un lado podría ser el resultado de la combinación de gais con ir, o gais con sir. No obstante, el contexto hace plausible que el morfema -ir final se trate de una variante del morfema -er de dativo, lo cual indicaría que gais debería ser un teónimo o quizás un epíteto de la divinidad. El elemento gais ha sido confirmado recientemente como formante antroponímico al aparecer en el nombre del padre de uno de los cuaterviros de Iulia Lybica (Llívia) Bastobles Gaisco F. (Ferrer i Jané et al. 2018: 182).

aloŕberigaisir: El hecho de que la parte final del texto repita la misma secuencia que en el texto de la línea superior permite segmentar sin dudas un primer elemento aloŕberi, que por otra parte ya era conocido por aparecer en la tortera de Palamós, aunque con la segunda vibrante cambiada aloŕbeŕi. En este texto aloŕbeŕi aparece integrado en un texto más largo de segmentación no muy clara, pero normalmente se interpreta como antropónimo. Quizás en este caso haya que interpretar que aloŕberi, sea el nombre de la divinidad y gaisir su epíteto.

7.- balkar: Este elemento se interpreta habitualmente como una variante del más frecuente formante antroponímico balke, que aparece por ejemplo en bilosbalkar. Sin embargo, recientemente se ha propuesto identificar el elemento balkar como posible teónimo para aparecer de forma aislada en cuatro inscripciones rupestres, donde es plausible esperar la presencia de teónimos, que serían los elementos que tendrían una tendencia más alta a la repetición (Ferrer i Jané 2018a; 2019; 2019). También aparece en la inscripción rupestre del Cogul (D.8.1) un texto leído habitualmente como balkarken.

8.- kanśkeѓer o kanśkebeer: La secuencia kanś es poco frecuente en ibérico, uno de los pocos ejemplos es sikeikanśar que aparece en la jarrita de la Joncosa (BDH B.11.01). En cuanto a la primera alternativa de lectura, kanškeѓer, keŕe es un formante antroponímico relativamente frecuente. La segunda alternativa de lectura es la preferible desde el punto de vista paleográfico, kanśkebeer, pero tiene el problema de que la consideración de kebe como formante antroponímico es mucho menos segura que en el caso de keŕe, ya que en los casos donde aparece suele haber problemas de segmentación. Además, la forma relacionada más cercana sería kebel, que se documenta kebelkuŕ en una rupestre de Er (Ferrer i Jané 2015b: 12), aunque en la misma superficie aparece a pocos cm en la forma kebe y que parece plausible identificar como divinidad. El posible morfo final de dativo -er, favorecería esta misma interpretación en el caso de kanśkebe, o bien la de epíteto de balkar, siendo la duplicación de la vocal por haber explicitado el morfema.

10.- labeѓeiku: La segmentación más probable de este elemento es labeѓ + ei + ku. El morfo ku en ibérico se relaciona habitualmente con topónimos. El morfo ei aparece a veces acompañando antropónimos como alotikeŕ + ei del ostrakon (C.3.1) del Mas Castellar (Pontós). La relación del morfo ei con topónimos ya podría estar documentándose en el caso del par Sedetani / sedeisken, ya que de la versión latina del etnónimo se derivaría una raíz sede, mientras que del etnónimo de la leyenda monetal se derivaría una raíz setei. También podría ser el caso de uno de los cuatro casos NP+NL+ku del plomo de Ullastret (C.2.1), anbeiku. Así pues, por exclusión, el núcleo del elemento labeŕeiku sería labeŕ y quizás, labe fuera el mismo elemento que aparece como Labi en el topónimo Labitolosa (La Puebla de Castro, Huesca, CIL II 3008). La presencia de un topónimo ibérico, con el morfo de locativo o de ablativo de origen, ku, en una inscripción votiva podría corresponder a un epíteto local de una divinidad de ámbito general, que en este caso podría ser balkar, de confirmarse la unidad de los textos 7, 8 y 10.

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Algunas diferencias paleográficas entre las inscripciones 1-2 y 7-8-10 permiten pensar que se trata de textos realizados por personas distintas. Así, mientras que en 1-2 se usa la variante r3, orientada en el sentido de la escritura, en 7-8 se usa una forma especial de la variante r5 orientada en el sentido inverso de la escritura. En el texto 7 (balkar) esta variante presenta una forma de media luna, que de confirmarse habría que pensar que estuviera emparentado con la familia B’oide/R’oide, pero no es seguro que fuera intencionado, ya que podría ser un error de trazado causado por la posición precaria del escriba. En todo caso, en el texto 8, kanśkebeer, el signo r podría ser estrictamente un signo r5 estándar, ya que los trazos visibles no evidencian desviación alguna respecto del trazado esperado, aunque se encuentra descabezado por arriba, no es probable que presentara la forma característica de media luna. Entre los textos 1-2 y 7-10 también difieren las variantes de ŕ, ŕ5 en el texto 2 y ŕ7 en el texto 10, las variantes de be, be2 en el texto 2 y be11 de palo largo en los textos 8 y 10. También las variantes del signo i difieren, el clásico i1 en el texto 10 y una variante cercana a i2. También las formas del signo a son aparentemente diferentes, a1/3 en el texto 10 y a1/2 en el texto 2, pero cabe suponer que en el texto 2 la variante usada fuera más cercana de lo que parece a a1 para diferenciarse de r5.


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