Esta inscripción está realizada después de la cocción sobre la pared de un dolium, cercana al borde, y consta de dos signos completos y restos de un tercero que miden entre 3 y 4 cm de altura. La inscripción podrÃa estar incompleta tanto por la derecha como por la izquierda. El primer signo es un bo2, mientras que el segundo es un Å•1. Del tercero sólo quedan dos trazos en ángulo que delimitan con seguridad un signo ki1 (Untermann 1990, 246). Aunque, los signos son simétricos y podrÃan ser leÃdos girados 180º en sentido inverso, la forma de trazado indica que este es el orden correcto, circunstancia compatible con que la parte superior del fragmento sea la más cercana al borde.
Respecto del texto, la alternativa más probable de interpretación consiste en identificar boÅ•ki como un nombre de persona que podrÃa corresponder a la forma ibérica del nomen Porcius, que es bastante frecuente en Hispania en general y en la Layetania en particular . Una de las atribuidas a Iluro corresponde a una inscripción de Argentona en la que se menciona a dos Porciae (IRC I, 89). Sin embargo, el más famoso es M. Porci(us) que marca con su nombre ánforas del tipo Pascual 1 entre el último cuarto del s. I a.C. y el segundo cuarto del s. I d.C. (Olesti y Carreras 2002: 177). Su origen es disputado, dado que para algunos serÃa un comerciante itálico afincado en Narbona, quizá de la familia senatorial de los Marcii Porci Catones (Pena 1999: 75), para otros estrictamente serÃa un descendiente de los primeros colonos itálicos establecidos en la Tarraconense (Étienne y Mayet 2000: 56) e incluso podrÃa ser un Ãbero romanizado (Tchernia 1986: 193; Olesti 1996-97: 438). En todo caso, los últimos estudios confirman que se trata de un productor de ánforas y vino de la Tarraconense, muy probablemente establecido en Baetulo, donde se documentan talleres que producen las ánforas que llevan esta marca, como los de Can Peixau e Illa Fradera, aunque los mismos talleres producen ánforas de otras marcas (Comas y MartÃnez Ferreras 2020: 141). También se ha propuesto que su fundus estuviera localizado en Montcada i Reixac, donde se documenta el topónimo Porciano en documentos medievales (Olesti y Carreras 2002: 177). Sin embargo, en el yacimiento de la fábrica la Estrella de Badalona, que corresponderÃa a una villa romana dedicada a la producción de vino, se ha encontrado una inscripción sobre piedra donde se menciona a un Porciu[s], hecho que refuerza la hipótesis que le sitúa en Baetulo (Rodà et alii e.p.) .
Aunque muy poco probable, estrictamente, una interpretación alternativa de boÅ•ki como antropónimo ibérico también serÃa posible, con boÅ• / buÅ• como primer formante y con kine o kibaÅ› (RodrÃguez Ramos 2014: núm. 52, 84 y 85), como segundo.
La identificación de nombres latinos en inscripciones ibéricas es un hecho muy bien documentado, que se produce bien debido a que en algún texto hay que mencionar a un tercero que lleva un nombre latino o bien por ser el nombre del redactor de la inscripción, que ya lleva un nombre latino. Como ejemplos del primer caso estarÃan los tituli picti de las ánforas de Vieille-Toulouse que mencionan comerciantes itálicos: babiÅ•ki / Fabricius, binuki / Minucius y Å›eÅ›te / Sextus (HGA.01.24, 20-21 y 18). Y entre los del segundo caso estarÃan los grafitos sobre las bases de las cerámicas de barniz negro de los tipos A y B que llevan el nombre del propietario, donde normalmente se indica el praenomen: kai / Caius (B.44.06, 08, 31, etc.), luki / Lucius (B.04.02 y L.03.04) y bilake / Flaccus (B.44.03).
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