Campo epigráfico pautado por cinco lÃneas de guÃa, situado en el centro de la estela, bajo el disco-coraza representado en la estela. Ocupa toda la anchura del objeto en esa zona, decreciendo de forma descendiente. El trazo de los signos es grueso. El estado de conservación del texto es desigual. La primera lÃnea se lee completamente, pero los signos conservados del lado izquierdo de la segunda a la cuarta lÃnea están en parte dañados o no se conservan; de la misma manera, algunos signos del resto de estas lÃneas, sobre todo de la cuarta, son dudosos. El carácter incompleto de la lectura y las numerosas dudas en las lÃneas dos a cuatro impiden identificar todos los elementos significativos contenidos en el texto.
Velaza encuadra el tipo de estela en aquéllas que contienen, desde un punto de vista formal, elementos decorativos de clara tradición ibérica, y desde el punto de vista textual, formularios más extensos y mención de palabras como seltar.
El texto comienza por la palabra seltar, frecuente en inscripciones de este tipo, seguida de la secuencia sufijal -ban-ḿi, como en la inscripción de Sinarcas (V.01.01), aunque aquà se halla al inicio de la inscripción y no tras NP, como ocurre en los demás epÃgrafes.
En las ll. 2 y 3 hay sendos NNP sufijados por en-ḿi, secuencia morfológica bien documentada en estos epÃgrafes, que en la segunda lÃnea, como señalan los editores, con la omisión u olvido del signo ḿ: -eni. Las diferentes lecturas permiten aislar el elemento beÅ•un, variante de beÅ•on (MLH III §7.36, RodrÃguez Ramos 2014, 134, nº 40) seguido de morfos -en e -i. El NP de la lÃn. 3 puede ser analizado de diversa forma, según la lectura aceptada. La de Untermann, con un final -arenḿi, que puede ser entendido como una secuencia sufijal, dejarÃa una parte antroponÃmica con los elementos basto- y neÅ› (MLH III, §7.28 y .92). Los demás editores coinciden en leer -Å›or-, que permitirÃa aislar un elemento baÅ›or, según RodrÃguez Ramos 2014, 124. Para Simón Cornago podrÃa haber dos NNP. El primero como bas-tiki, si se entendiera el tercer signo como una variante de ti, y el segundo con primer elemento Å›or- y un segundo kan, quizás elemento que se puede relacionar con kan/kinai (MLH III, § 69, 75), que está documentado sólo como primer formante.
En la segunda lÃnea, además, los editores restituyen en el inicio un NP bas[to]beÅ•un, por la aparición del primer elemento, basto, en la tercera lÃnea. El segundo formante beÅ•un es interpretado como variante de beron (MLH III, § 7.35; RodrÃguez Ramos 2014, 258).
La lÃnea 4 puede contener un NP sufijado por ḿi, claramente legible en l. 5.
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