EPIGRAFÍA        Numismática        Onomástica        Bibliografia        Mapas       
CITACIÓN:    BDHespPYO.01.20, consulta: 30-12-2024

 

 YACIMIENTO:  MUNICIPIO:
 PROVINCIA:      REF. HESPERIA:  REF. MLH:
 DEPÓSITO,N.INV.  OBJETO:   TIPO YAC.:

 

 
Generalidades Texto EPIGRAFÍA Y
PALEOGRAFÍA
Ilustraciones Contexto Arqueológico Bibliografía

 

 FUENTE LEC.: SEPARADORES: Nº TEXTOS:

 LENGUA:    SIGNARIO:    SISTEMA DUAL:
 METROLOGÍA:

 OBSERVACIONES EPIGRÁFICAS:     Ver en ventana emergente  

Tres sellos idénticos en el dorso de un dolium. Las letras ocupan el espacio entre la línea circular exterior y otra línea de un círculo interior bastante irregular.

Untermann prefirió leer el texto de izq. a dcha., puesto que el sentido de ki sería el habitual y por preferir una a de trazos rectos y una r de forma redondeada, por lo que transcribe aŕkibotibekau, con ŕ seguramente por error de edición. No obstante, también da como alternativa menos probable la lectura inversa ukabetibokiar, indicando que el final bokiar también aparecía en un sello de Ensérune (HER.02.364). Rodríguez Ramos (2000 y 2002) prefiere la lectura levógira, ukabetibokiar y relaciona bokiar con el elemento ekiar, característico de las marcas de producción, proponiendo para bokiar un significado cercano al término latino Officina.

La lectura levógira se confirmó como la correcta tras la propuesta de Ferrer (2005) de cambio de valor del signo leído hasta ese momento como bo, que debía leerse ta, identificando el elemento tagiar , que aparecía en otros sellos, el ya comentado (HER.02.364) y también por duplicado en otro de Pech Maho (AUD.05.32). El cambio de lectura de bokiar a tagiar mejora y confirma la relación de tagiar con egiar, especialmente con la variante de(e)giar. Por lo que respecta al antropónimo Ferrer (2006 y 2008) propone la lectura dual biuŕbedi recuperando el elemento central del sello como primer signo de la inscripción e identificando un signo bi irregular, un MLH III bi6 muy cerrado, aunque considerando también las opciones de a4 y r6, que rechaza por comparación con los signos a y r de tagiar, así como de ku, que rechaza por la redundancia con el signo u siguiente. El signo central ya había sido identificado por Lafon (1965, 4) como ŕ, aŕkibotibekauŕ. Ferrer también propone leer el signo ka como una variante irregular de ŕ5 con la asta torcida, circunstancia que permitiría reconstruir el antropónimo biuŕbedi, que tendría como paralelo al nombre biuŕbedin de una inscripción de Ullastret (GI.15.18). Esta propuesta presupone algún problema en la confección o en la impresión del signo, puesto que las fotografías confirman que la lectura natural es identificar un signo ka3 (E).

Moncunill en su tesis doctoral (2007) no ve clara la propuesta de lectura biuŕbedi de Ferrer y considera que la lectura correcta sería ukabedi sin tener en cuenta el signo central. Lectura que también consideran posible Faria (2009), Simón (2013) y Rodríguez Ramos (2014).

Faria (2009) recupera la lectura ŕ de Lafon (MLH III ŕ8) del signo central: ŕukábedi y se inclina por ver la forma iberizada de un nombre céltico *Ruc(c)amedis, *Ruc(c)amedios o *Ruc(c)abedis, formados a partir de los elementos *rucca y *medis o *bedis, para los que esgrime los paralelos Ruccatanus (Delamarre, DLG, p. 263, 2007, pp. 156, 230), Docimedis (Delamarre, 2007, p. 87) y Vendibedis (Delamarre, 2007, p. 194), que serían coherentes con la expresión de la sonoridad en la lectura ibérica dual. Posteriormente, Gorrochategui (2015) realiza una propuesta similar, esgrimiendo el paralelo de Ruga y Vetti, documentados en Narbona (CIL 12, 5228: T. Vettius T. f. Ruga), aunque estas propuestas estarían en contra de la distribución de sordas y de sonoras. Alternativamente, para el segundo elemento propone el paralelo ligur Pedo (Untermann 1969). También para Sabaté (2016) la lectura correcta del antropónimo seria ŕukábedi. Cabe indicar en contra de esta lectura que identificar este signo como una variante circular de ŕ (MLH III ŕ8) es problemático, puesto que esta variante es característica de las inscripciones más modernas, por lo que no encajaría en un contexto de escritura dual, donde un círculo sin punto central debería ser la variante simple de ku, o sea gu (E).

Velaza (2016) sigue considerando válida la lectura de Ferrer, biuŕbedi, teniendo en cuenta las frecuentes irregularidades de los sellos, pero también contempla la lectura alternativa del signo central como a, por lo que considera también posible la lectura auŕbedi.

Finalmente, Moncunill (2016, 56-8) ha propuesto una lectura sinuosa uŕkabeditagiar, en la que identifica el NP uŕkabedi, formado por los elementos uŕka y bedin, cf. MLH III §7.140 y .37, asumiendo que el signo central no sería el primer signo de la inscripción, sino el segundo. Esta lectura es la recogida en el léxico de MLH (Moncunill y Velaza 2019), por lo que es la que damos como primaria, aunque todas las propuestas presentan problemas de uno u otro tipo.

 OBSERVACIONES PALEOGRÁFICAS:   Ver en ventana emergente  

El uso de la variante compleja de ta indica que plausiblemente se esta usando el sistema dual, que sería coherente con la documentación del formante bedi(n) con la variante simple.

Desde el punto de vista paleográfico, identificar el círculo central como una variante circular de ŕ (MLH III ŕ8) es problemático, puesto que esta variante es característica de las inscripciones más modernas, por lo que no encajaría en un contexto de escritura dual, donde un circulo sin punto central debería ser la variante simple de ku, o sea gu.

La propuesta de lectura de Ferrer del signo ka como ŕ es también problemàtica, aunque en uno de los sellos los trazos están redondeados, en los otros dos la lectura de un signo MLH III ka3 complejo es la más probable.


Filtrar:

Registro actual: 461 de 640