Según la E., la letra que hay después del primer signo de interpunción debe de ser una e con lÃneas oblicuas de más, por lo que parece una B latina, aunque también es posible que el grabador hubiera escrito una s y la hubiera corregido después por una e. En la l.2 se ha desprendido un trozo de la superficie de la piedra y faltan 2 o 3 letras. Detrás de esta rotura hay una letra que según la E. podrÃa ser n u o.
Las cuatro últimas letras pertenecen a otra mano, porque son el doble de altas que las anteriores.
Compárese la primera palabra con kebelkaiÅ•a y kebelsilun en los plomos de Yátova y Orleyl (F.20.1, A-II, 8 y F.9.8, 2 y 6). Según la E., -teÅ• es un final de palabra y su -e es posible que sea un morfema, igual que en la palabra siguiente. En la segunda palabra, teban parece que está también atestiguado en estelas sepulcrales de Sagunto (F.11.01 y .08), aunque también podrÃa tratarse de la secuencia de morfemas ban-bas-e que aparecen en un vaso de Liria (F.13.70.): tusbanbase; banbas aparece en un vaso de Azaila consevado en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid (E.01.067); ban es frecuente como sufijo en los plomos y en la cerámica; bas puede que sea un morfema por ejemplo en los plomos de Orleyl VII, B, (l.2: bas-biteroke-), Alcoy I, A (l. 4: bas-bidiÅ•-) y en un vaso de Liria (F.13.05: bas-Å›umi-). -e es un sufijo cuya función y distribución se ignora.
En la lÃn. 2, Å›atuÅ›ir[ recuerda a tuÅ›erti del plomo de Yátova I, B (II-2) y de un vaso pintado de Liria (F.13.07).
La palabra formada por las últimas cuatro letras no tiene paralelos.
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