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CITACIÓN:    BDHespPYO.07.03, consulta: 22-12-2024

 

 YACIMIENTO:  MUNICIPIO:
 PROVINCIA:      REF. HESPERIA:  REF. MLH:
 DEPÓSITO,N.INV.  OBJETO:   TIPO YAC.:

 

 
Generalidades Texto EPIGRAFÍA Y
PALEOGRAFÍA
Ilustraciones Contexto Arqueológico Bibliografía

 

 FUENTE LEC.: SEPARADORES: Nº TEXTOS:

 LENGUA:    SIGNARIO:    SISTEMA DUAL:
 METROLOGÍA:

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Este texto se encuentra debajo de PYO.07.02. Se adopta la lectura de Ferrer i Jane 2018, que en algunos puntos varía la de Untermann. El texto hace un uso sistemático de la escritura dual, como se aprecia en la diferencia entre ti simple en oŕtin /oŕdin/, atin /adin/ y tí marcada en tíkirs /tigirs/, o entre ta de itaŕer y tá de táŕtiar.

La repetición del elemento oŕtinkáli permite estructurar el texto de la larga primera línea en dos oraciones.
oŕtinkáli : +sukásir : belenkú : itaŕe̱r :
oŕtinkáliI : eśambe : táṟtiar


Los elementos oŕtinkáli, tíkirsatin y tárti o tártiar son los mejores candidatos a antropónimos, a los que se podría añadir quizá belenkú, aunque podría interpretarse mejor como una referencia toponímica, belen, seguida del morfo ku. En este segmento, itaŕ sería el mejor candidato a teónimo, por ir acompañado del morfo er, aunque también podrían serlo anbeIsibems y sukásir, especialmente en este último caso, si como sugiere Ferrer el dudoso signo previo hubiera que leerse como n y entenderse como abreviatura del frecuente término neitin. En cambio, kutun sería un elemento del léxico común perteneciente a un campo semántico compatible con su empleo en inscripciones votivas. Para eśambe, Ferrer especula con su posible relación con el aquitano SEMBE, 'hijo', quizás indicando la filiación de tarti respecto de oŕdinkali, aunque dicha relación se enfrenta, por un lado, a una diferencia en el vocalismo radical de los términos y, por otro, a la hipótesis que ve en eban la palabra ibérica para 'hijo'.

Las dos interpunciones identificadas en la nueva lectura (Ferrer i Jané 2018) permiten aislar oŕtinkáli y oŕtinkáliI del resto de la inscripción. El elemento ordin es un formante antroponímico bien conocido (Untermann 1990, nº 95; Rodríguez Ramos 2014, nº 109), pero no así kali, cuya presencia como formante antroponímico no es clara, a excepción quizás de taśkaliŕs (GI.15.04), si estuviera formado por taś (Untermann 1990, n.º 118; Rodríguez Ramos 2014, n.º 43) y por kali, aunque otras segmentaciones también son posibles (Faria 2008, 76). En otros casos, sin embargo, kali parece funcionar como nombre común (Orduña 2006, 94): p.ej. gali(r), tanto en el plomo de Ensérune (HER.02.373), como en algunos de los plomos de Yátova (V.13.01) donde aparece como elemento cuantificable en compañía de posibles numerales léxicos (Orduña 2005; Ferrer i Jané 2009). Pese a las dudas, la clara consideración como antropónimo de Tigirsadin, que aparece seguido del signo I al final de la tercera línea, hace plausible la consideración como antropónimo de Oŕdinkali, ya que también aparece seguido del signo I.

En el segmento final tartiar se podría documentar el formante antroponímico taŕti (Untermann 1990, nº 117; Rodríguez Ramos 2014, nº 141), aunque no coincidan en la vibrante. Los signos finales, aunque dudosos, podrían corresponder al frecuente morfo ar que acompaña a los antropónimos alternando con en, en aparente función de genitivo. Alternativamente, el elemento final podría ser el formante antroponímico iar (Untermann 1990, nº 56; Rodríguez Ramos 2014, nº 61), presente por ejemplo en BELESIAR (Orduña 2009), circunstancia que permitiría considerar tartiar como un antropónimo compuesto sin marca.

Segunda línea: a̱nḇeIsibems : kútún : tíkirsatinI
La lectura de la primera palabra por Ferrer identifica el signo I por lo que antes se leía m, dificultado una explicación mediante el formante antroponímico anbels. Parece vislumbrarse una repetición interna an-beIs=i-bems, que de alguna forma relacionaría I con m. Con todo, se trata de un segmento oscuro sin paralelos claros en ibérico.
El elemento kutun estaría relacionado con del más conocido kutur, creado a partir de la misma base, kutu, de forma similar al par ildur/ ildun, con un significado originario dentro del campo semántico de la escritura, pero ampliado al de las inscripciones votivas (Ferrer i Jané 2014, con bibliografía anterior). La secuencia kutu aparece en el inicio de varios abecedarios en las inscripciones rupestres de La Cerdaña, unos duales como el de Bolvir (GI.03.01b) y otros no duales, como el de La Tor de Querol (PYO.03.11) o el de L'Esquirol (B.08.01). El elemento kutur se documenta en una inscripción publicada recientemente (Ferrer i Jané 2017c, n.º 31, PYO.07.30), así como también en La Cerdanya en una de las inscripciones aún inéditas de La Tour de Carol (Ferrer i Jané 2015b, n.º 23. P1) y en otra inscripción también inédita de Osséja (Ferrer i Jané 2015b, n.º 30, BDH PYO.07.29).

La consideración de antropónimo de tíkirsatin es clara ya que tanto tikirs (Untermann 1990, nº 126; Rodríguez Ramos 2014, nº 154) como atin (Untermann 1990, nº 19; Rodríguez Ramos 2014, nº 17) son formantes antroponímicos de amplio uso.

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Se confirma la presencia de dualidades explícitas en la primera línea, ya que se documenta la variante simple de ti en ortin y la variante compleja en tárti. Así como la variante simple de ta en itar y la variante compleja a tárti. En el caso los dos formantes antroponímicos, ortin y tárti, el uso de las sordas y las sonoras es coherente con las formas normales esperadas para estos formantes (Ferrer i Jané 2005, nota 4 y 29).


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