Las leyendas se escriben en latín e ibérico desde finales del siglo III a. C. La escritura es ibérica meridional, lo que da lugar a diversas lecturas del signo tu o bi (De Hoz 1980: 314). El signario se usa tanto para escribir el topónimo como los antropónimos; lo mismo que el alfabeto latino.
El nombre de los últimos magistrados ibéricos se escribe en alfabeto latino. El último testimonio de escritura vernácula en la ceca es la acuñación de la 5ª emisión en la que se escriben en anverso y reverso las versiones latina e indígena del NL. La mayoría de NNPP son de origen ibero meridional, aunque según DCPH (DCPH 289), hay algunos ibéricos levantinos.
Se da un caso de redundancia vocálica en sikaai / otatiis, fenómeno normal en el signario sudlusitano.
La escritura del NL fluctúa en la cuarta emisión: OBVLQO, OBVL.QO, OBVLOO.
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