Encontrado en un terreno de labranza al sureste de Almendralejo. El hallazgo tuvo lugar cuando un labrador asalariado, Juan Aguilar, limpiaba las malas hierbas del terreno llamado “Sancho”. Según referencias no apareció solo, sino que bajo él aparecieron dos tazas de plata y más abajo se apreciaron señales de la posible existencia del suelo de un edificio (García Bellido 1949: 470-472).
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