Cuando José MarÃa Quadrado visitó la abadÃa de Aguilar de Campoo en 1852, varios sepulcros –él contabilizó hasta siete–, entre los que estaba el de doña Inés de Villalobos, se encontraban a los pies de la nave del Evangelio y su grado de deterioro debÃa ser importante. Según sus palabras «las esculturas estaban mutiladas, levantadas las cubiertas, mostrando revueltos y medio consumidos los cráneos y canillas de sus antiguos moradores». Y concretamente, al referirse al de Inés de RodrÃguez de Villalobos, Quadrado nos proporciona la siguiente descripción: «En otra urna, circuida de una procesión fúnebre de monjes que sostienen la arquerÃa de relieve está vuelta la tapa, de la cual tal vez ha desaparecido la efigie de la ilustre Inés cuyas altas prendas encarece el epitafio» (Quadrado, 1865: 365-366). De manera que, a mediados del siglo xix, el sepulcro, como otros varios, mostraba un claro deterioro y la tapa del mismo se encontraba vuelta hacia abajo, haciendo dudar al ilustre periodista e historiógrafo acerca de si existÃa o no la efigie de la dama.
En el exp. 1871/7 del MAN figuran los siguientes datos: 'Forma de adquisición: Comisión de los Sres. Sala y Dóriga. Libro Adq. Est., f. 18r. Fecha de ingreso: 20 marzo de 1871. Procedencia: monasterio de Santa MarÃa la Mayor de Aguilar de Campoo (Palencia). CronologÃa: últimos años del siglo XIII; la finada falleció en 1301. Conservación: mediana.'
Los manuscritos colacionados atribuyen de manera unánime la autorÃa de los sepulcros a Antón Pérez de Carrión. Todas esas fuentes, además, indican que la capilla mayor del templo se convirtió en el panteón de la familia Villalobos-Castañeda. MartÃn - Abad (2023).
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