Las figuras han sido talladas en una ménsula destinada a sustentar un voladizo o tejado. La escultura representa la cabeza de un ser monstruoso que está devorando a un humano. La fiera es de rasgos esquemáticos. Desde el interior de su boca asoma el tronco de un hombre, también de talla sencilla, que intenta defenderse. A partir de la interpretación de la inscripción como Belcebú, prÃncipe de los demonios, el significado de la escena se puede deducir. Martikorena Erkizia - Aguinagalde López (2020, p. 43)
|