Anillo de oro con granates incrustados con un crismón en uno de los lados (HEp 2012, 122.)
Mide 1,8 cm de diámetro y pesa 3,84 gramos (Castellano 2001: 23).
Aro de ocho facetas, de sección semicircular plano al interior, que alterna en cada faceta incrustación de granates (cuatro) con inscripción grabada en tres de ellas, y crismón en la cuarta. La presencia del crismón es el elemento que permite situar cronológicamente la pieza a partir del siglo IV d.C., puesto que la inscripción, ilegible, no nos permite aventurar ningún tipo de fórmula. Éste elemento iconográfico es clave para situar el análisis de la pieza, destacando junto a la calidad de la misma y el uso del granate como recurso técnico decorativo. En cuanto al crismón, puede relacionarse con el anillo de Baena (Córdoba), de chatón destacado que presenta grabado crismón, junto con inscripción del nombre de la propietaria y advocación religiosa en el aro (Morena y Sánchez 2011). La morfologÃa de la pieza es singular, aro facetado en ocho lados. Sólo se conoce una tipologÃa similar como son los anillos bizantinos utilizados en las ceremonias matrimoniales, que normalmente tenÃan forma octogonal como sÃmbolo de la fertilidad (Papanokola‑
Bakirchà 2003: 145, n.º 127). En este sentido, hay que recordar la más que presencia de población de procedencia oriental y de artesanos, más concretamente, en la antigua Augusta Emérita (De Hoz 2007; GarcÃa Moreno 1972) asà como la influencia de la plástica bizantina en la escultura visigoda emeritense (Cruz Villalón 1985). (Barreiro MartÃn 2017, nº 21).
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