Pizarra muy deteriorada, de coloración marrón, con claros indicios de ser un fragmento desprendido de otra pieza mayor. Esta circunstancia explica que la lÃnea final sea apenas visible, por su rotura. Las lÃneas se encuentran torcidas y casi amontonadas. Incluye rúbrica aparente que estarÃa al final de la lÃnea 13 y una anotación menor encerrada en un cÃrculo. Esa cuenta tiene 6 lÃneas.
La pieza está utilizada por una de sus caras, en la que se conservan 26 lÃneas. Éstas poseen una considerable irregularidad en cuanto a los valores totales, que se mueven entre 50 y 61, aunque el valor más repetido es 54. Destaca por dos rasgos muy especÃficos. En primer lugar, hay una cuenta separada, parece una anotación menor encerrada en un cÃrculo, que incluye seis lÃneas con valores numéricos, cuya suma en todos los casos es 6. Por otro lado, se conserva una aparente rúbrica en el final de la lÃnea 13.
A pesar de tratarse de una pieza incompleta y algo deteriorada, posee un indudable valor al proporcionar datos sobre el sistema contable utilizado. Se trata de una de las escasas ocasiones en las que se puede comprobar la existencia de subcuentas, posiblemente cuentas que englobaban lo que se estaba anotando en la pizarra. Su relación exacta es de momento imposible de determinar, aunque es muy interesante la vinculación con una pieza en la que las lÃneas principales tienden a sumar cantidades relativamente diversas, lo que dificultarÃa el sumatorio final; en cambio, no aparecen en pizarras conservadas de manera completa. PodrÃa tratarse de una operación destinada a uniformizar aquello que se estaba contando de manera tan disÃmil. Por otro lado, la aparente rúbrica quizá tenga que ver con la firma del encargado de realizar la cuenta (¿una forma de verificación?), aunque no es del todo descartable que sea una prueba del material de escritura o simplemente un dibujo (DÃaz – MartÃn 2011: 247-248).
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