Cruz gemada de Santiago (Cruz de Alfonso III) compuesta por una lámina de oro sujeta con pequeños clavitos ocultos por la decoración superpuesta sobre alma de madera, gemas, perlas y esmaltes. Se trata de una cruz de brazos griegos, esto es, de brazos de igual longitud con forma trapezoidal.
Tiene un pequeño broche rectangular que permanece en el eje compositivo del disco en que convergen sus brazos. Está constituido por un esmalte tabicado de influencia hispano visigoda y anterior a la fabricación de la cruz. Se superpone dentro de un virtuoso enmarcado integrado por perlas engastadas en cabujones de oro. La pieza contiene "dos blancas palomas con manchas rojas picando una fruta azulada sobre fondo verde", en una alusión con claros matices a la EucaristÃa.
En el anverso presenta una rica labor de filigrana muy menuda, recamada de pedrerÃa. Un alambre de oro retorcido y adherido por soldadura recorre los bordes de la pieza en todo su perÃmetro. Como elemento de parcelación en la superficie interna de los travesaños se dispone un diseño caracterÃstico: un segundo cordón trenzado fortalecido por los lados con hilos más finos, definiendo una sucesión continua de campos geométricos a lo largo de la lámina.
En el reverso los travesaños permanecen en su mayor parte lisos, quedando restringido a puntos muy concretos el uso del hilo de oro. Aparecen aquà aplicadas las crucecillas, espirales y guiones, estampados, que debÃan de tapar las cabezas de los clavos. Del mismo modo, encontramos el texto de la inscripción que debe memorar la ofrenda regia. En los cuatro extremos de los brazos, por esta parte, habÃa cuatro piedras grandes que podÃan consignar una alusión a los Evangelistas.
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