Un rectángulo encierra en su interior nuestro grafito, dibujado en esta ocasión en mayúsculas. Entre la P inicial y la primera I podemos intuir una G, pero tras la observación directa de la pieza parece de inscripción posterior, de hecho, se monta ligeramente en la I. Tampoco tenemos en cuenta cierta raya vertical entre la primera S y la A, pues, si bien tiene una profundidad similar a las letras, nos inclinamos por pensar en que sea un defecto de la pared. De todas maneras, registramos en el aparato crÃtico la posibilidad de su lectura. Por otro lado, hay que destacar la gran importancia de la P inicial: si resolvemos su abreviatura por Pater habrá que mirar al grafito como si fuera la rúbrica o intitulatio de algún miembro de la comunidad cenobÃtica, mientras que si optamos por Propheta necesariamente habrá de ser una invocatio del IsaÃas bÃblico. Otra variante posible serÃa la de entender esa P como una rho griega, marca del crismón cristiano que encontramos en otros grafitos.
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