Los caracteres son desiguales y es evidente la falta de armonÃa. Todas son capitales pero de diferentes motivos e incluso de distinto tipo: las hay capitales cuadradas, unciales y semiunciales, medievales antiguas; sin embargo, parece que hay una cierta tendencia a hacerlas cuadradas. Las A ofrecen una gran variación: ovaladas -como en anno-, planas y a mitad de camino entre la romana y la medieval -como en incarnacionis-, o más tirando a medieval -como la segunda de aedificari, annis y edificatum. Los tipos de N los vemos bien reflejados en anno: la primera es uncial y la segunda tiene dos trazos verticales rectos unidos por dos trazos oblicuos; el resto de las N son unciales siendo especial la segunda de annis, en sentido inverso a la escritura, y la segunda de incarnacionis, en nexo con la A. Las O tienen forma de naveta, las I presentan formas latinas y medievales que acabarán por definir las consonantes o largas; las C, F, L, P, R y S son latinas. Las D se presentan siempre en forma uncial. Las E suelen ser unciales excepto la de templum, que es cuadrada y la atÃpica de dominice, que está anclada en la letra precedente. Las T se interpretan en la forma medieval o uncial, recordando la minúscula griega en la mayorÃa de los casos. Las U presentan siempre la forma tÃpica en V. La H de hoc tiene como particularidad el doble trazo en el travesaño horizontal.
Además de todo esto, hay múltiples nexos, letras dentro de otras que las engloban, enlaces y demás adornos.
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