Se trata de un epígrafe sencillo, en el que, luego de indicar el nombre del difunto, Juan, con la expresión habitual in hoc tumulo requiescit corpus , y la breve indicación de su condición de devoto de Cristo, Chr(ist)i coli , se concluye con una acclamatio novedosa, sit illi beata requies , deseándole un descanso bienaventurado.
Curiosa inscripción en la que su redactor muestra gran interés en señalar que el difunto murió un domingo, día del Señor, pero la fecha aducida por el mismo, el día 18 de febrero del año 1109 ( die Dominico XIIm(o) kalendas Martias in era millesima centesima cuadraginta séptima ), cayó en jueves, en cambio el día 12 de las kalendas de abril, o sea el 21 de marzo, cayó efectivamente en domingo, por lo que tal vez, según señala su editor, haya que pensar en un error y fecharla el 21 de marzo.
La datación de esta inscripción coincide con la política de intolerancia religiosa que los alfaquíes malikíes practicaron en el reinado del califa almorávide Alí ben Yúsuf (1106-1143), tanto contra los cristianos de al-Andalus, que fueron deportados al Magreb como a los musulmanes menos estrictos que desembocó con la quema pública en Córdoba de las obras de Algazel (1111). (González Fernández, 2016, p.108-109)
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