Los textos repiten con insistencia las mismas fórmulas cristianas referentes a la sacralidad de Cristo, destacado como principio y fin de todas las cosas. Los autores señalan paralelos bÃblicos en Apocalipsis 1,4; 1,8 y 4,8; asà como en IsaÃas 6,3. La insistencia en vincular a Cristo con atributos divinos más identificables con la figura del Padre desde la ortodoxia cristiana permiten proponer vÃnculos con herejÃas como el monarquianismo o el sabelianismo, cuyo punto en común reside en negar la naturaleza humana de Jesús e identificarlo plenamente con Dios, negando asÃ, por tanto, su trinidad. Ropero Serrano - GarcÃa Iglesias – Mangado Alonso - Teixeira-Pinto (2018).
Isabel Velázquez en los comentarios de HEp 2018-2019, 920 afirma: "Es indudable el interés de estos tituli picti sobre tela, conservados en el Museo BÃblico Oriental de León, aunque desconozcamos cuál puede ser su origen. No es posible saber a través de las fotografÃas (aunque tienen buena calidad) si podrÃa leerse algo más de lo transcrito por los editores. Parece bastante obvio que se trata de unas fórmulas breves que se repiten de manera tan insistente y continuada que existe poco margen de duda para pensar que pudiera haber algún contenido diferente o más explÃcito a lo ya leÃdo, en aquellos lugares donde se ha perdido el texto. No es imposible pensar en vÃnculos próximos a herejÃas como el monarquianismo o el sabelianismo, según indican los autores, pero lo que sà parece probable es que se trate de textos de carácter popular que buscan aclamar a Cristo de manera reiterada con las frases bÃblicas (Apocalipsis 1.4; 1.8; 4.8) de que Cristo es el principio y el fin, el alfa y omega, el que ha sido, es y siempre será. Aducen los autores que se presenta la abreviatura Sto (también indican que a veces se lee S, pero, salvo error, en la transcripción lo que se ve es St) por sanctus de manera incorrecta, tal vez porque el escriba no tenÃa como lengua materna el latÃn y que la palabra no tiene la misma raÃz en griego (de la que la toma el copto), pues en esta lengua es ἄγιος. No obstante la forma s(anc)to puede deberse a una simple forma anómala de abreviación aunque, tal vez, no inusual en el lugar de realización del texto. Pensar en la manifestación de un vulgarismo por sanctus, o sancte, contrastarÃa con el mantenimiento de la forma Iesus".
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