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Se trata de grafitos a cuya dificultad intrÃnseca de lectura se añaden los desconchones sobrevenidos con el paso del tiempo. Tienen un indudable carácter cristiano, no sólo por la alusión a san Primitivo sino también por la fórmula “orate pro me…sic Dominum habeatis protectoremâ€, claramente ligada a la liturgia de la consagración de iglesia en el rito mozárabe.
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