La pieza se conoce desde 1942, y en posterior ediciones se leÃa como latina: "ma".
Las letras del sello están en relieve y encuadradas en un rectángulo. Y a su derecha hay un esgrafiado con unos signos mayores.
La lectura que proponen Olcoz et alii, kas, tiene paralelos, a su juicio, con la epigrafÃa contrebiense, en concreto con [Z.09.12] y [Z.09.13], y los grafitos 11 y 12 que recogen DÃaz y Jordán. Olcoz et alii opinan que se tratarÃa de una referencia al distribuidor o comerciante, aunque ofrecen otra posibilidad, a saber, la referencia a la capacidad de los recipientes o al contenido de los mismos.
Por otro lado, Ballester y Simón Cornago aportan ska, leyéndolo en sentido levógiro. Ballester ofrece esta lectura, que también contiene el grafito, teniendo en cuenta que lo esperable en los sellos es la lectura levógira, aunque esta secuencia no está atestiguada en celtibérico. Sin embargo, Jordán opina que no es motivo suficiente para descartar esta lectura y aporta paralelos para una secuencia silbante + oclusiva, bien documentada en celtibérico, como statulu [Z.09.03, I-3] o skirtunos [Z.09.03, I.1].
Simón Cornago, por su parte, apoya también esta lectura argumentando que el trazado de la san, cuyo ángulo intermedio no baja hasta la lÃnea inferior de la caja de escritura, invita a pensar en su filiación paleohispánica.
|