Al repasar el material gráfico que hay de esta pieza, se ha pasado por alto un punto que aparece tras el tercer signo de la segunda lÃnea y que deja una letra que queda aislada ante una interpunción doble. Se representa con ciertas variantes en esos dibujos, pero todo apunta a que se trata de ke. Si en la primera lÃnea se toma como interpunción el punto existente tras el tercer signo, quizá aquà deba hacerse lo mismo. De esta forma la lectura de las dos primeras lÃneas queda: mata · abiliko / man· ke · saulein+. Quizá haya que empezar a plantearse la posibilidad de que la distinta «puntuación» no sea una casualidad. Parece que los dos puntos marcan la frontera de la fórmula onomástica en este documento. Un caso similar es el punto en alto que se observa en la denominada Tésera Fröhner [Z.00.01] detrás de ke. De nuevo queda delimitada la fórmula onomástica, aunque allà la interpunción entre sus elementos es de dos puntos: ‘Lubo, del grupo familiar de los Alisocos, hijo de Avalo’.
Se puede interpretar, pues, como una fórmula onomástica completa ‘Mata, del grupo familiar AbÃlico, hijo de Man...’. Si esto es cierto, resulta que mata es un antropónimo masculino, pues de ser femenino, deberÃa esperarse la referencia a ‘hija’, recogida como tuate+es (N.pl., por lo tanto tuateres) [Z.09.03, II-40] o tuateros (G.sg.) [Z.09.03, III-24]. Se confirmarÃa asà la existencia de antropónimos masculinos en -a.
Debido a las caracterÃsticas del signario paleohispánico y teniendo en cuenta la fonética celtibérica, las posibilidades fónicas que encubre la transcripción mata son dos: [mata] o [manta]. La interpretación como [mata] es posible, pero no hay constancia hasta el momento de un antropónimo asà en la PenÃnsula Ibérica. Distinto es el caso de [manta]. En San MartÃn de Trevejo (Cáceres) se halló una inscripción en la que se lee Triteus Mantae f. (cf. Vallejo Ruiz 2005, 347). AquÃ, Mantae es reconocido como andrónimo, aunque no parecen existir razones especÃficas lingüÃsticas ni extra-lingüÃsticas para ello. Diferente es el caso de la inscripción [------] / Mant[ae] (?) / [h(ic)] s(it--) e(st) s(it) t(ibi) t(erra) l(evis) Manta / pater Amoen/a mater f(aciendum) c(uraverunt) // I [---] C, Villamiel (Cáceres) (AE 1983, 502) en el que Manta parece, sin dudas, un andrónimo, aunque la lectura podrÃa ser Mantau(s) (cf. Vallejo 2005, 348; HEpOL [20453]).
En cuanto al patrónimo man, es cierto que queda una abreviación del patrónimo muy brusca, pero cf. [Z.09.03]:
‒ mel [I-8, -15, III-3], melm [III-9], melman [III-46] formas abreviadas de genitivo de melmanios [I-27], melmanzos [IV-3] o melmantama [III-42];
‒ mem [I-12, -29], memun [II-12, -36], formas abreviadas de memunos [II-13];
‒ le [I-17], que puede ser abreviatura de les [I-33], y pertenecer a un antropónimo lesu, que no aparece en el Bronce, o de letontu [I-19, -25, II-7, -24] letontunos [II-60], etc.
A qué antropónimo corresponde esa abreviatura, no puede saberse con seguridad. Puede ser uno todavÃa no conocido. Hay, no obstante, candidatos en la penÃnsula, como Mancus, Mandus, Manta (si es masculino), Mantaus, Manus (vid. Abascal 1994 y Vallejo Ruiz 2005, 346-348). Si se admite *manta para mata, con la nasal elidida, podrÃa ser un argumento, aunque no definitivo, a favor de un *manos.
Del resto de la inscripción poco puede decirse con seguridad.
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