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CITACIÓN:    BDHespZ.09.24, consulta: 28-11-2024

 

 YACIMIENTO:  MUNICIPIO:
 PROVINCIA:      REF. HESPERIA:  REF. MLH:
 DEPÓSITO,N.INV.  OBJETO:   TIPO YAC.:

 

 
Generalidades Texto EPIGRAFÍA Y
PALEOGRAFÍA
Ilustraciones Contexto Arqueológico Bibliografía

 

 FUENTE LEC.: SEPARADORES: Nº TEXTOS:

 LENGUA:    SIGNARIO:    SISTEMA DUAL:
 METROLOGÍA:

 OBSERVACIONES EPIGRÁFICAS:     Ver en ventana emergente  

Se trata de un fragmento de placa de bronce grabado mediante incisión por ambas caras, que conservan respectivamente 10 líneas (cara A) y 8 (cara B), todas incompletas, con un máximo de una veintena de signos en cada una de ellas. El texto, bastante mal conservado, fue redactado en signario celtibérico oriental.
La primera secuencia que puede leerse, en la considerada primera cara, es [---]tam · tirikantam. Aparece, pues, la misma palabra con la que comienza el primer bronce de Botorrita, para la cual vid. el comentario epigráfico de [Z.09.01]. Muy cercana a esa palabra se lee también aquí sua kombalkez, para la que parece haber cierto consenso en aceptar un significado cercano a “así ha decidido, ha dispuesto, ha parecido”. Es esta la primera de una serie de coincidencias que existe entre ambos documentos, que inducen a pensar que sus contenidos estaban muy cercanos.
También aquí se desconoce el significado exacto de la mayoría de los términos, pero en el cuerpo del texto parece apreciarse al menos un término referente al mundo ganadero: bouitos < *gʷow-itos ‘camino de bueyes’ (cf. boustom en Z.09.01, A-4); y otro al agrícola: aranti, [Z.09.24, A-4], que puede analizarse como una tercera persona de una forma verbal de la raíz *h2erh3- ‘arar’.
Parece que hay mención de al menos una localidad. En [A-4] y [A-7] se lee karalom, que puede considerarse el acusativo singular de un topónimo, cuyo ablativo está testimoniado en leyendas monetales como karaluz [MON.65]. En CIL II 4244 aparece el localicio Gralliensis, en teoría de un *Grallia o *Grallium, no de *Grallum, que sería la forma correspondiente a karalom, el nominativo de karaluz. También se ha propuesto entender aranti [A-4] como topónimo, (Villar y Jordán en Villar et alii 2001, 126-129), equiparándola a la localidad que acuña con las leyendas aratiz y aratikos [MON.61], de localización difícil (quizá Arándiga o Aranda del Moncayo, Z). Este análisis es ya más complicado, pues podría tratarse de una forma verbal, como acaba de indicarse. Schmidt 2005 y 2006 admite expresamente el carácter toponímico de aranti.

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En el caso de BBIV se puede comentar lo siguiente sobre algunos de los silabogramas:
- ba: quizá aparezca en la línea segunda de la primera cara. De ser así se trataría de una ba quebrada, muy parecida a las que aparecen en el bronce de Torrijo [TE.03.1]. Podría considerarse también una variante angulosa de la que aparece en [Mon.75], moneda de la misma Contrebia. F. Beltrán 2002, 385, marca este lugar como signo ilegible parcialmente conservado (+).
- be: probable aparición en la última línea de la cara B. De ser cierto, se trata de un tipo be1. F. Beltrán 2002, 387, marca este lugar como signo de lectura insegura.
- ka: tres veces con seguridad (ll. 1, 3, 4) y una probable (l.7). Esta última es referida por F. Beltrán 2002, 386, como un signo ilegible parcialmente conservado (+). Es un alógrafo difícil de determinar, pues en dos ocasiones (ll.1 y 3) se ve con seguridad un tipo ka1. En cambio, tanto la que aparece en la línea 4 y la que se adivina al principio de la l. 7 muestran, además del tracito que surge del hasta derecha, otro que surge del izquierdo y llega hasta la mitad del anterior. Se trata, por lo tanto, de una variante entre ka3 y ka4. Las dos ocasiones en que se detecta el tipo ka1 se encuentra en una zona muy desgastada, con lo que no hay que desechar la posibilidad de que todas pertenezcan a este nuevo tipo. En la cara B podría aparecer al comienzo de la l. 4, pero el bronce está demasiado desgastado para poder confirmarlo con seguridad. Tampoco pueden darse paralelos etimológicos incontestables.
- ke: En la l. 2 hay un signo que parece repetirse en la cara B (ll. 5 y 6), quizá una o dos veces. Sería un tipo ke1, al que se añade un tracito que une el trazo interior superior con la mitad aproximadamente del hasta oblicua inferior, conformando una suerte de rombo. Una especie de ka3 con la intersección a la izquierda. Este signo es tremendamente dudoso.
- ki: no aparece en el texto conservado.
- ko: dos veces (ll. 2, 5) en la cara A, una en la B (l. 8). El signo que leemos en la l. 2 se trata de un tipo ko3. Los dos triángulos conformados por el aspa y líneas horizontales presentan unos trazos horizontales apareciendo de este modo dos triángulos rectos. En el signo de la l. 5 solo se aprecia el trazo interior en el triángulo inferior. El de la cara B se ajusta a un ko1, es decir, sin ningún tipo de trazo interior. Parece, pues, que hay contraste gráfico, pero el estado del texto y la falta de apoyos etimológicos incontestables no permiten decir que responda a un uso dual.
El resto de las grafias detectadas, ateniéndonos al cuadro alográfico propuesto por Untermann MLH IV, 443, son:
- Fonemogramas: a1 (variante 2ª); e1; i; o1; u1; l1; m2; n1; r1 (con punto interior del rombo en la mayoría de las ocasiones detectadas. No recogida en el cuadro de MLH IV); s2; z1.
- Silabogramas: bi1 (variante 1ª); bo2; bu; ta; te1; ti2; to1 (variante 1ª); tu1 (variante 1ª); ku1 (con punto interior).
No parece que se utilizase el sistema dual.


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