Pseudoescritura con carácter decorativo o simbólico, según Ballester. Jordán 2019 también considera que se trata de un caso de pseudoescritura.
Blanco piensa que los tres primeros signos son pseudografÃas, de los cuales el primero tiene paralelos en la cerámica vaccea. Los dos primeros supuestos signos están en ligadura. En el primer caso podrÃa reconocerse el signo B, colocado encima de una a6, todo ello de forma sinistrorsa (en GI.08.02 aparecen también juntamente, pero de manera dextrorsa). En el segundo caso podrÃamos estar ante una ligadura de Y y n, o incluso ḿ e i, o puede que se asemejen a una i y una n en escritura levantina, respectivamente.
Por otro lado, los otros dos supuestos signos tras la interpunción pueden ser equivalentes a signos latinos BE. Para Blanco la B es una decoración a base de semicÃrculos decorativos, como la que aparece al inicio del fragmento. Mientras que Ballester homologa estos dos signos con una secuencia latina BE que puede interpretarse desde el ibérico con un primer signo que J. Untermann denomina B-Zeichen y que aparece en [GI.14(C.1).13], donde precede al signo de e, como aquÃ; en [GI.08.02] (Pontós) va seguido del signo para i; en [D.09.02] ante el signo para l; en [V.04.20] (Sagunto), en un estampillado en posición final. Su valor se desconoce y se transcribe como B.
La interpretación de Blanco en conjunto es: interpunción-decoración-interpunción-I/N ibérica-interpunción-decoración-E ibérica.
Ballester alude a la imitación de grafemas con fines simbólicos en los dados numantino y calagurritano, que él considera ejemplares del primer tipo de tésera indÃgena. Mientras que Blanco opina que el autor de la decoración, o quien lo mandó hacer, querÃa dar una imagen de persona cultivada y quiso reflejar los signos que habÃa visto, pero que no sabia interpretar, con la intención de usarlos de modo decorativo.
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