Bajo el rectángulo que hay ligeramente escorado hacia la derecha y en el que se aprecia una figura humana estante se colocó el campo epigráfico limitado por dos lÃneas de 41,5 cm de longitud y una altura de 4,5 y 5,5 cm a modo de caja de escritura, que no está centrada ni con respecto a la superficie de la estela ni con respecto a la imagen del rectángulo superior. La lectura es fácil a excepción de su final, ya que hay un trazo sobre el que los editores no saben determinar si es el último signo de la inscripción, el cierre de la cartela o ambas cosas. Estas caracterÃsticas hacen pensar a los editores que quizá el lapicida grabó primero el epÃgrafe que debió terminar en la zona biselada y posteriormente hizo la cartela.
Como no hay ni separación ni interpunción, los editores plantean dos segmentaciones:
1ª segmentación: mukuu roskiimine(s?) o roskiiline(s?) (en transcripción dual: muguu roskiimine(s?) o roskiiline(s?)). La primera palabra podrÃa interpretarse como un antropónimo de un tema en nasal, en paralelo al que aparece en [BU.06.02]. En cuanto a roskiimine(s?) o roskiiline(s?), dejando a un lado la hipotética -s final, una forma terminada en -e tiene mejor explicación dentro de la morfologÃa verbal celtibérica que la nominal, a juicio de los autores. Plantean, por lo tanto, la posibilidad de una 3ª pers. sg. de un perfecto conformado por ro- < *pro-, preverbio muy usado en irlandés antiguo con formas de perfecto o valores perfectivos, y el tema, o más bien un anafórico infijado -s- y el tema, al modo de TO-SO-KOTE de la inscripción de Vercelli. En este segundo caso quedarÃa un tema kiiline, mejor que kiimine, que habrÃa que leer kline y que se podrÃa relacionar morfo-etimológicamente con el griego κλίνω ‘inclinarse, acostarse’, latÃn clinare ‘inclinar’. La -n- del tema de presente se habrÃa extendido al tema de perfecto, como sucede en latÃn y germánico. Además se habrÃa operado una deriva semántica hacia ‘yacer, estar enterrado’, como ocurre en el mismo griego (cf. también cupat en falisco, cubare en latÃn ‘estar acostado’), ayudada en este caso, además, por el preverbio ro-. En definitiva, la traducción vendrÃa a ser ‘Mucón, él (está) enterrado’. Los editores son conscientes de la falta de paralelos textuales en celtibérico y la novedad morfológica que supondrÃa el anafórico infijado.
2ª segmentación: ConsistirÃa en segmentar mukuuros o mukuuro (en transcripción dual muguuros o muguuro), con lo que aparecerÃa de nuevo un antropónimo en nominativo o genitivo del singular que cuenta con un paralelo exacto en epigrafÃa latina cercana: Muguro y Muguri (Alcubilla de Avellaneda, Soria), de un nominativo Mugurus. Un comienzo mug- en la antroponima celtibérica y, en particular, cluniense está muy bien representado. El paralelo es impecable y, además, concuerda la aparición de la ku simple con el carácter sonoro de -g- de la documentación latina. La secuencia kiimines (kiilines) o skiimines (skiilines) podrÃa considerarse el correspondiente patronÃmico de una fórmula onomástica que no se ajusta a los patrones celtibéricos, pues lo que se esperarÃa tras el idiónimo es el nombre del grupo familiar. La forma presentarÃa, además, una caracterÃstica morfológica: la terminación -es en lugar de la esperada -os, como sucede con seguridad en steniotes [AUD.04.01] y quizá en iteulases y buntunes [NA.01.03] o aleetuures [BU.01.01]. Más difÃcil es que aparezca en tures [SP.02.03] y [TE.03.01]. Los editores prefieren una interpretación como mukuuro skiimines ‘(tumba) de Muguro (hijo) de Skiminis’ (en transcripción dual muguuro skiimines).
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