Durante la primera fase, los antropónimos se escriben en alfabeto latino; el topónimo, por el contrario, se escribe en una escritura local que aún plantea muchos problemas de comprensión y da lugar a muchas variantes de lectura. Es levógira y muy regular. Para De Hoz es un testimonio tardío de la tartésica; por el contrario, Correa piensa que estas monedas atestiguan la existencia de una escritura tardía del sudoeste.
Zóbel, Hübner, Jenkins, Tovar, Untermann separan el primer signo ke del resto de la leyenda ya que lo consideran un signo de valor.
Aquí se ha optado por seguir la lectura de MLH, incluso para las leyendas no publicadas en esta obra, para darle una mayor coherencia al conjunto de leyendas monetales recogidas en "Leyendas".
|