Con motivo de unas obras de cimentación llevadas a cabo en el templo hacia 1970, se encontró en el presbiterio el fragmento de una lauda sepulcral epigráfica en piedra caliza, decorada a base de motivos geométricos y arquitectónicos. En la actualidad se localiza a los pies de un pequeño altar situado en la capilla del Evangelio, pero en nuestra primera visita al templo en el verano de 2001, ocupaba otro emplazamiento junto a la pila bautismal y próxima a la puerta de ingreso (Peña Fernández 2006: 77-78).
EnrÃquez de Salamanca (1991) atribuye la pieza al maestro de Lebanza, aunque Guinea (2002) lo considera una lauda de carácter aislado (MartÃn López 2007: 208).
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