Según se admite de manera general desde su editio princeps, las dos caras de esta pieza conforman un único documento, en el orden que se ha dado aquÃ. ComenzarÃa asà mediante lo que tiene aspecto de ser un indefinido kuekuetikui, lo que parece un argumento a favor de este orden.
Olcoz y Medrano proponen, sin embargo, que el orden es el contrario. Dos son sus argumentos paleo-epigráficos: la particular interpunción, conformada por tres cÃrculos en lugar de punciones, que afecta no solo a la primera lÃnea, sino también a la segunda de la hasta ahora considerada cara B; y el mayor tamaño de las letras de la primera secuencia. Ambos rasgos servirÃan para que a simple vista el lector supiese dónde comenzaba el texto.
Sin embargo, no se entiende muy bien por qué la separación especial afecta a las dos primeras lÃneas y se combina con otras dos interpunciones normales en ambas.
Hay que hacer una mención explÃcita a la disposición de las lÃneas. En varios sitios no coincide el final del documento con el de la lÃnea y el de la palabra. Se tiende, entonces, a seguir las paralelas al borde del documento. AsÃ, la última palabra de A-1 está escrita en el ángulo superior derecho, de forma que es queda en paralelo al lado horizontal y ozeres al vertical, montándose la o sobre la s: es|ozeres. En A-3, en cambio, se monta la o sobre la l, en lameiste · aino|likum. A-4 representa un incipiente bustrodedon, quedando las Ães como "bisagras", retukeno · uei|zi|ai ·. En B-1 sucede en tunares · nezokim ·| ☼ res ·, quedando la interpunción de "bisagra" en el ángulo. En B-3, es la u la que queda de manera oblicua, akaizokum · mezu|tos. Y, por fin, en B-5, la i monta sobre la o en mozim · tizaui|om, empezando la m final ya la vuelta del bustrofedón. También en alguno de estos casos ha habido alguna interpretación alternativa, que se ha indicado en el aparato crÃtico y se comentará más adelante.
A este documento se le ha denominado desde un principio "Bronce res", debido a las veces en que aparece esta secuencia. En concreto tres a final de palabra esozeres, tunares, auzares (dos veces) y una tras el supuesto sÃmbolo solar.
Análisis morfo-sintáctico de la cara A:
‒ kuekuetikui: por la terminación parece claro un D.sg. de un tema en -o. La repetición de la primera sÃlaba hace pensar en un pronombre indefinido del tipo latino quisquis, het. kuiÅ¡kuiÅ¡. El significado serÃa algo asà como ‘a quien quiera que’.
‒ nekue: se acepta la identidad con el latÃn neque, conjunción copulativa negativa. Parece que está en correlación con el nekue con el que comienza la segunda lÃnea, asà es que aquà hay que pensar en algún tipo de relación sintáctica.
‒ nekue · esozeres / nekue · esianto: si esta secuencia conforma una correlación, hay que admitir que esozeres y esianto son, si no iguales, al menos equivalentes desde el punto de vista morfo-sintáctico. Sin embargo, ambas palabras no son fácilmente interpretables y se han propuesto para ellas análisis nominales (Untermann, Meid) y verbales (Prósper). Desde luego, la segunda de ellas recuerda en su terminación a auzanto del encabezamiento del tercer Gran Bronce de Botorrita [Z.09.03].
‒ lameiste: Jordán plantea analizar esta forma como una posible 3ª persona del singular de un aoristo sigmático terminado en *-s-t, secuencia que se grafiarÃa como -ste. La grafÃa -ei- estarÃa representando una Ä“Ì£ (en su tránsito hacia Ä«), de modo que podrÃa pensarse en una forma anterior *lamÄ“-st, y su significado estarÃa en la base céltica *lam-yo- ‘atreverse’, partiendo de *lam-eye- (formación causativo-iterativa) o *lameh1-ye- (formación estativo-durativa).
La lectura más ampliamente aceptada es, sin embargo, uameiste y las propuestas que se han hecho sobre ella han sido: nombre personal (Burillo, Prósper), sustantivo haciendo referencia a una magistratura (Meid) y apelativo o verbo (Untermann).
‒ ainolikum: por la forma parece un G.pl. de un tema en -o. Parece que se trata de un genónimo. PodrÃa depender tanto de lameiste, como de la palabra siguiente, que es retukeno.
‒ retukeno: G.sg. de un tema en -o, idiónimo. Análisis unánime.
‒ ueiziai: posible D.sg. femenino de ueizos, como formación en *-Ä« < *-ih2 que supondrÃa un nominativo *ueizi < *weydÄ« y un dativo ueiziai < *weydyÄi.
‒ mitai: D.sg. de un tema en -Ä. Prósper opina que es un participio con un significado ‘mutua’ o ‘contractual’, con una correspondencia exacta en indio antiguo mitha- ‘mutuo’. EstarÃa concordando con uieziai que serÃa “el nombre que designa la formalización o firma del documento notarial del pacto en cuestión, es decir su aspecto testificalâ€.
‒ autom: recuerda a aut, autem latinos ‘o’, ‘o bien’, ‘o mejor’. PondrÃa en conexión mitai con ailai. Prósper, sin embargo, considera que autom es el participio pasivo sustantivado de un verbo celtibérico au-, documentado en auzeti [Z.09.01, A-10] y auzanto [Z.09.03, 01]. Su significado serÃa el de ‘exigir, requerir, aceptar’. De este verbo no personal dependerÃa el sintagma ueiziai mitai, dativo de finalidad, beneficiario o algo por el estilo.
‒ ailai: de nuevo D.sg. de un tema en -Ä, que parece hay que relacionar sin duda con ailamue que aparece en [Z.09.01, A-5]. El problema reside en cómo interpretar ailam. Gil 1977, 166, relacionó esta forma con el latÃn aliam ‘otra’. Fleuriot 1975, 427, y 1979, 170, por su parte lo relacionaba con el irl. ant. aile ‘barrera’, derivada de ail ‘roca’. Meid se inclina por esta segunda significación y le otorga el significado más general de ‘morada, lugar para estar, abrigo, refugio’. En conjunto, ueiziai mitai autom ailai significarÃa: ‘para un intercambio o estancia hospitalaria’.
Análisis morfo-sintáctico de la cara B:
‒ tunares: según la lectura del editor, Burillo, esta palabra era la primera de la segunda lÃnea. A su juicio, tunares junto con ☼ res, en el comienzo de la segunda cara, y auzares en sus tercera y séptima lÃneas, eran antropónimos compuestos con el celta *rÄ“g-s. QuedarÃa por explicar que la vocal no apareciese ya cerrada en Ä« o, al menos, en trance de hacerlo.
La primera parte de tunares puede relacionarse, y en esto coinciden Burillo y Meid, con el celta *dÅ«no- ‘oppidum, ciudad’ que aparece en la toponimia con la forma -dunum. Este elemento apenas aparece en la PenÃnsula Ibérica donde se prefirió -briga. En Aquitania aparece un antropónimo en G. Dunohorigis (CIL XIII, 267), cuyo nominativo *Dunohorix serÃa el paralelo de nuestro tunares.
Untermann propone que las formas en -res, incluida la que ahora se trata, quizá sean sustantivos en función de verbos. Prósper considera que tunares es realmente una forma verbal. Propone una protoforma *dÅ«-n(e)-ad-reχst, donde *dÅ«- procede de *dÅ-; le sigue la negación infijada; a continuación viene otro preverbio *ad-; y por fin aparece el verbo res < *h3reg-s-t. SerÃa una tercera persona del singular del aoristo. Su significado vendrÃa a ser más o menos ‘no ha cumplido’, ‘no ha aportado’.
‒ nezokim: palabra oscura desde el punto de vista etimológico, pero clara desde el morfológico. Parece un A. sg. de un tema en -i. Prósper por su parte piensa que debe guardar en su significado alguna relación con mozim y propone que sea un adjetivo sustantivado *ne-doki-, con unos significados que podrÃan ser ‘inaceptable’, ‘insuficiente’, ‘ilegÃtimo’, ‘no comprobado’, ‘no pagado o pendiente’, etc.
‒ ☼ res: Burillo tomaba esta secuencia como el comienzo de la segunda cara del bronce. Pero parece más bien que es el final de la primera lÃnea de la segunda cara.
¿Qué significado tiene este segmento? En cuanto al dibujo solar es difÃcil de interpretar. Quizá se trate como sugiere Untermann de un caso de mezcla de escritura logográfica y escritura acrográfica. Estos son los pasos que sigue Burillo, para quien serÃa un antropónimo, en el que la primera parte serÃa un elemento parlante del nombre. La secuencia serÃa igual al antropónimo testimoniado en la Galia Narbonense Solirix (CIL XII 3005), con una primera parte que harÃa referencia al sol.
Jordán opina que, si es una letra, parece que lo más sensato es pensar en una representación anómala de bo. Queda muy lejos paleográficamente de todos los silabogramas de la serie velar y dental; de las ba, bi y bu detectadas en la epigrafÃa celtibérica; también lo hace de la be, que ahora aparece en el texto. Asà es que solo queda bo, quizá al estilo Luzaga: ¿ bores?
‒ auzares (x2): casi simultáneamente, Rubio y Untermann plantearon la posibilidad de que auzares estuviese relacionado morfo-etimológicamente con la serie auzeti [Z.09.01, A-10], auzanto [Z.09.03, 01], auz [SP.02.04], y quizá [TE.04.01] e [TE.07.01], posible abreviatura de auzaz < *aw-dʰh1-t, 3ª singular del aoristo radical atemático, indicativo, voz activa, a juicio de Jordán, sin perder de vista que sea una forma plena. A estas hay que añadir, ahora, auzimei [CU.00.02, A-4] y AVDINTVM [Z.02.01], el Bronce de Novallas. El problema es determinar cómo.
Untermann se decantaba por analizar auzares como el nominativo plural de un sustantivo verbal que podÃa ser utilizado como forma finita.
Rubio 1996, 185 y 190-191, proponÃa ver en auzares una tercera persona del plural de perfecto, con una desinencia *-r(s), que podrÃa detectarse también en kombalkores [Z.09.01, A-11].
Prósper analiza esta forma como una tercera persona de un aoristo sigmático *awd(i)-ad-reχst ‘ha depositado’; lo mismo que esozeres, aunque como forma corrupta de un esauzares o bien una forma muy cercana. Motivos paleo-epigráficos no permiten aceptar sin más esta propuesta.
Precisamente es la terminación -es el mayor obstáculo, para considerar auzares como una forma personal del mismo paradigma que auzeti (< *aw-dÊ°h1-e-ti: 3ª singular presente de subjuntivo (temático) voz activa ) y auzanto (< *aw-dÊ°h1-nto: 3ª plural del aoristo radical atemático, indicativo, voz media). No hay mayor problema en detectar en las lenguas indoeuropeas una marca *-r como desinencia, marcando medio-pasividad, impersonalidad, formas de pretérito y de perfecto. Aquà se podrÃa pensar en una proto-forma *awdÊ°h1-r responsable de auzar-. Queda dar cuenta de -es. Echar mano de un pronombre o partÃcula enclÃtica podrÃa ser una solución, pero todavÃa no puede afirmarse taxativamente que el celtibérico usase este procedimiento.
‒ korta: a simple vista parece clara la relación con kortika. Quizá se trate del sustantivo a partir del cual se forma un adjetivo con sufijo -ikos, -ika.
‒ akaizokum: por la terminación parece el G.pl. de un genónimo. El comienzo recuerda al akainakubos en [Z.09.01, A-9], derivado de un topónimo akaina que aparece en [Z.09.01, B-5].
‒ mezutos: esta palabra habÃa sido leÃda tradicionalmente metuutos, con lo que presentaba una redundancia vocálica. Esta secuencia se habÃa considerado de manera general como un antropónimo. La primera parte metuu-, ahora mezu-, está muy bien atestiguada en la antroponimia indÃgena peninsular, que muy bien puede proceder de un *medÊ°u- ‘miel’. Burillo pensaba que era un G.sg. de un tema en consonante. A favor de esta segunda posibilidad se encuentra el hecho de que parece que nos encontramos ante la expresión de filiación de una persona. Pero también puede tratarse de un N.sg. de un tema en -o, de hecho existe un Medutus en Garlito (Badajoz), CIL II 4980.
‒ terberez: 3ª p. sg. de un imperfecto *bÊ°eret de un presente *bÊ°erÅ, cf. φέÏω en griego, ferÅ en latÃn, en irlandés antiguo beirid, ·beir, etc. En cuanto al preverbio, tre- puede ser la misma palabra que la preposición irlandesa tri, tre ‘through’, galesa trwy, drwy, del córnico y del bretón dre, formas procedentes de *trey. La grafÃa celtibérica podrÃa estar reflejando una Ä“Ì£ que se supone como paso intermedio antes de su resolución final en Ä«. Semánticamente hay que equipararla con el latÃn trans, de manera que el verbo proto-celtibérico *trey-bÊ°erÅ vendrÃa a significar algo parecido al latino transfero. En irlandés antiguo aparecerÃa como tremi·beir ‘traslada, pasa, transfiere’. Otra solución es pensar que en la forma *tre-, sin la adición del último elemento deÃctico -i.
Esta secuencia siempre habÃa sido leÃda terturez y una de las explicaciones más aceptada era la de Villar 1995, 32-33, que proponÃa que podrÃa ser un perfecto con reduplicación intensiva de una de las raÃces *ter-, en grado Å. Es decir, la forma serÃa *tértÅret, formación que presentaba dificultades en su análisis (cf. la acentuación). La -z final procederÃa de la desinencia *-t.
‒ mozim: Palabra que tiene aspecto de un A.sg. de un tema en -i.
‒ tizauiom: parece relacionado con el tizaunei que aparece en Botorrita y que según Meid significa ‘destruir’ (*dÄ«-sÄ-). Para Untermann quizá sea un infinitivo de la raÃz *dh3- ‘dar’ o *dÊ°h1- ‘colocar’, aunque no encuentra paralelos para la terminación.
Prósper 2013-2014 reanaliza la secuencia korta akaizokum metuutos terturez mozim tizaunom auzares del siguiente modo: korta serÃa un A.pl.n., pero los restos de la grafÃa que se adivinan tras esta palabra serÃan una o que conformarÃan palabra con la secuencia ☼ res, que no serÃa el final de la primera lÃnea, sino de la segunda y que conformarÃa otra nueva forma en -res, obores. Este serÃa el verbo del que dependerÃa korta, mientras que mozim tizaunom (lectura de la autora por tizauiom) dependerÃa de auzares. La secuencia akaizokum metuutos terberez serÃa entonces o bien una expresión adverbial dependiente de mozim tizaunom, o bien akaizokum metuutos serÃa el sujeto de auzares. Para terberez da un posible doble análisis: ablativo del singular de un topónimo *tre-bri- (no especifica más) o el de un nombre de agente *ter(h)mÅ(n) o de de acción *ter(h)mnÌ¥ ‘lÃmite’. En el caso del apelativo, se operarÃa un proceso de asimilaciones y disimilaciones en la secuencia -r.mn-, hasta llegar a una forma *terbrez/terβrez grafiada terberez.
En cuanto a mezutos, Prósper 2016, 58-60, lo considera últimamente procedente de la raÃz *med- ‘medir’ y el sufijo de agente *-ot-. mezutos es ahora el genitivo de un apelativo, cuya forma original en N. serÃa *med-Å«t-s y cuyo grado alargado se habrÃa extendido al resto del paradigma.
En cualquier caso, la lectura obores parece complicada, pues -☼res o -bores, parece la continuación de la primera lÃnea, a juzgar por la disposición de la interpunción tras nezokim, colocada haciendo ángulo. Parece su continuación, el final de la primera lÃnea. Además, mezutos está demasiado cercano a Medutos, un antropónimo. Que terberez no sea un verbo queda todavÃa por demostrar, lo mismo que si lo fuese. La solitaria o es todo un enigma.
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