Hay dos variantes paleográficas de la leyenda ibérica en lo que respecta al signo ki. En la segunda mitad del siglo I a. C. los trazos oblícuos se han vuelto más horizontales, asemejándose el signo a una Z invertida.
Usan la l simétrica. Hay pequeñas variaciones también en el signo i.
En cuanto a la leyenda latina, el primer signo podría leerse como C o como G. La L latina tiene un trazo vertical (NAH 827), una forma arcaica que en Roma desaparece en torno del 100 a. C.
|