Los nombres personales grabados en anillos constituyen un fenómeno epigráfico bien conocido, el cual se remonta a la antigüedad clásica. Esto no es inusual en época hispano-visigoda, pues hoy dÃa contamos con un nutrido elenco, aunque el áureo con epigrafÃa sigue siendo un poco escaso.
Auita, el epÃgrafe de nuestro anillo, corresponde con el nombre femenino de Auitus, que se trata de un cognomen latino muy frecuente en Lusitania, hasta el extremo que es descrito como el tercero más frecuente
de Hispania (Abascal Palazón 1994: 294-295). Además, este cognomen quizás es de origen celta.
En definitiva, el nuevo anillo de Avita representa un buen indicio de la onomástica hispano-latina y su permanencia en época visigoda, amén de que hay algunos Avitos populares, como el obispo San Avito de Vienne, también del siglo VI d. C. (MartÃnez Chico 2020, 148-149).
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