Hesperia

Banco de datos de lenguas paleohispánicas

Zona F

 

 

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La región F de los MLH III incluye las inscripciones de los yacimientos localizados entre los ríos Ebro y Mínguez (afluente del Júcar), territorio que corresponde aproximadamente a las actuales provincias de Castellón y Valencia y que los autores clásicos atribuyeron a edetanos e ilercavones, los primeros al sur y los segundos al norte. Al sur del río Mínguez se localiza la zona G, caracterizada por contener inscripciones en alfabeto greco-ibérico y en signario ibérico meridional.

Yacimientos y conjuntos epigráficos

En total son sesenta y siete los yacimientos en los que se han recuperado inscripciones ibéricas. Los conjuntos más numerosos son los de Sagunto (V.04, más de sesenta inscripciones) y Liria (V.06, más de cien inscripciones), ambos excepcionales, el primero por reunir la más nutrida serie de inscripciones ibéricas sobre piedra y el segundo la de tituli picti sobre cerámica. También hay varios grupos de plomos muy notables, de los que el más destacado es el conjunto de Orleyl (CS.21) con cerca de diez láminas, al que siguen otros conjuntos menores en Los Villares (V.07), en El Pico de los Ajos (V.13), en La Carencia (V.14) y en La Balaguera de Pobla Tornesa (CS.13). En Sagunto y en El Tossal de San Miquel también se han recuperado varios ejemplares, existiendo finalmente otros hallazgos aislados: Pujol de Gasset (CS.14.01), El Solaig en Bechí (CS.18.01), Casinos (V.02.02), Castellet de Bernabé (V.06.001), Meca (V.15.02), Enguera (V.16.01) y Tos Pelat en Moncada (V.21.01).

Los yacimientos con mayor número de inscripciones se reconocen por su tamaño como ciudades, algunas identificadas con las que mencionan las fuentes clásicas y/o con cecas: el castillo de Sagunto se identifica con Saguntum, ceca de arse (Mon.33), en el valle del Palancia; Sant Miquel de Lliria con Edeta, en el valle del Turia; La Carencia de Turís en el valle del Magro, que se ha propuesto identificar con la ceca de kili (Mon.34); y Los Villares, ubicada en la cabecera del Magro, que se identifica con la ceca de kelin (Mon.94); y al sur del Júcar se emplaza Játiva, denominada Saetabis en las fuentes latinas y ceca de saitabis (Mon.35). En la zona del Maestrazgo se ubica Lesser, identificada con la Moleta dels Frares, Forcall (CS.23). En la desembocadura del Turia se fundó la colonia latina de Valentia (V.12), que acuña moneda con leyendas latinas y donde se han recuperado grafitos latinos, griegos y también ibéricos.

El conjunto más importante de inscripciones sobre piedra proviene de Sagunto (V.04), que incluye estelas, bloques y placas; en el cercano santuario de Montaña Frontera se ha recuperado un grupo de pequeños pedestales para estatuillas. El resto de inscripciones sobre piedra son estelas que provienen de la zona del Maestrazgo: Canet lo Roig (CS.01), San Mateu (CS.04), Benasal (CS.05), Cuevas de Vinromá (CS.07), Alcalá de Chivert (CS.08), Bell-lloc (CS.10) y Cabanes (CS.11). La estela con el texto más largo proviene de El Pozo, en Sinarcas (V.01.01). Finalmente, hay un grupo de esgrafiados rupestres en el Tarragón (V.24), en la sierra de Andilla, y otro en Abrigo Brugal (V.10).

Las inscripciones pintadas sobre cerámica, especialmente lebes y kalathoi, son características de Sant Miquel de Llíria, yacimiento en el que se ha descubierto uno de los conjuntos más significativos de cerámica ibérica pintada con decoración figurada. En los yacimientos de su entorno se documentan hallazgos aislados: Casinos (V.02.01), Los Villaricos (V.05.01), Castellet de Bernabé (V.06.002), La Monravana (V.06.005) y también en Los Villares (V.07.06-07).

Los textos ibéricos más largos están grabados sobre láminas de plomo. Una parte importante proviene de hallazgos casuales, como el plomo de Pujol de Gasset (CS.14.01) o la mayoría de los de Orleyl, pero tres de los que provienen de este municipio aparecieron, sin embargo, en la excavación de una tumba de la necrópolis de La Punta (CS.21.05-07). En el Pico de los Ajos se recuperaron conjuntamente tres plomos, que están escritos por ambas caras, en varias de las cuales se sobreponen varios textos a modo de palimpsesto (V.13.3). También se conocen algunos ejemplares que no son láminas al uso y que podrían servir en algún caso como etiquetas, como una pieza circular y perforada de Los Villares (V.07.04).

Sorprende el escaso número de esgrafiados sobre cerámica, si se compara con otras regiones como B, C y E, donde son el tipo epigráfico más común. Los grupos más numerosos proceden de Sant Miquel de Llíria (V.06), Sagunto (V.04) y Valencia (V.12). Solo se documentan dos sellos sobre cerámica, ambos sobre pesas de telar procedentes de Sagunto (V.04.19-20).

Finalmente, hay algunas inscripciones excepcionales, como la placa de bronce de San Antonio de Bechí (CS.18.02), la falcata inscrita de Torres-Torres (V.22.1) y las piezas de hueso de Peña de las Majadas (CS.16.01) y Puntal dels Llops (V.03.01).

Puede consultarse una tabla con la lista de referencias Hesperia usadas para esta zona F.

Cronología

La inscripción más antigua es el plomo del Grau Vell, el puerto de Sagunto (V.04.61), que se data entre finales del siglo V a. C. y principios del IV a. C.; en este yacimiento también se ha recuperado un grafito sobre una cerámica ática del siglo IV a. C. (V.04.47). Los tres plomos de la tumba 2 de la necrópolis de la Punta de Orleyl (CS.21.05-07) se fechan probablemente en el siglo III a. C. Por su parte, los tituli picti se datan en el siglo III a. C., pues el yacimiento de San Miquel de Llíria se destruye a finales de dicha centuria o a comienzos de la siguiente. Entre las cecas destaca la precocidad de arse (Mon.33), mientras que kili (Mon.34) y kelin (Mon.94) no acuñan sino hasta el ibérico final (siglos II y I a. C.).

Se documentan algunas inscripciones ibérico-latinas. Varias cecas acuñan con su topónimo en ibérico y latín: śaiti/SAETABI (Mon.35), kili/GILI (Mon.34) y arse/SAGVNTINV; en esta última ciudad también hay un arquitrabe con una inscripción doble, ibérica y latina (V.04.08). Todos estos ejemplos son de época avanzada: siglo I a. C. El epígrafe más moderno sería el breve grafito grabado sobre una terra sigillata sudgálica de Vinaroz (CS.02.03).

La frontera entre las regiones F y G viene marcada por la preponderancia en la segunda de inscripciones en escritura ibérica meridional y alfabeto greco-ibérico, mientras que en F se utiliza el signario ibérico levantino. No obstante, se ha publicado un plomo greco-ibérico que parece provenir de Sagunto (V.04.29) y también hay varios plomos en signario meridional, uno en el Pico de los Ajos (V.13.06) y otro en Turís (V.14.02).

En el caso de las inscripciones escritas en signario ibérico levantino no siempre es posible determinar si emplean o no el sistema dual. Es muy significativo el hallazgo de tres inscripciones que recogen signarios duales, en los que los signos se agrupan por parejas de alógrafos simples y marcados: son los plomos de Tos Pelat (V.21.01, .02) y el titulus pictus del Castellet de Bernabé (V.06.003). El uso del sistema dual es más fácil de determinar en los textos más largos, ya que permiten corroborar la presencia de variantes simples y complejas de un mismo silabograma. Puede afirmarse que se emplea en varios plomos, como los de Los Villares (V.07.01-02), mientras que en el caso de los textos más breves es difícil de determinar, aunque algunos son compatibles con dicho sistema dual. Según la convención seguida en Hesperia a partir de abril de 2022 (como se explica aquí), en las inscripciones consideradas duales o compatibles de serlo el signo complejo de los silabogramas oclusivos se trascribe mediante consonante sorda (t-, k-), mientras que el sencillo se trascribe mediante consonante sonora (b-, d-, g-). Las inscripciones duales o compatibles se transcriben en negrita cursiva (betuginede, V.07.01) mientras que para las inscripciones no positivamente duales o compatibles se sigue usando la anotación tradicional de negrita redonda (ekiartone, CS.18-01).

El modo de trascripción anterior usado en Hesperia reflejaba fielmente el empleo de las variantes sencillas y complejas, sin estudiar si el uso de dichas variantes servía como expresión de la sonoridad o no, es decir, si eran sistemas duales o no. En esta región hay inscripciones largas que usaron signos sencillos y signos complejos, pero que se encuentran en una distribución total o casi complementaria; así en el plomo CS.21.05 de Vall de Uxó, hay 11 silabogramas ti sencillos, pero ninguno complejo, y 6 silabogramas tu complejos y ninguno sencillo. Dicho reparto no se compadece con una distribución de los fonemas, de modo que hay que concluir que esta inscripción, a pesar del uso de signos sencillos y complejos, no usaba de ellos para expresar la sonoridad. La trascripción de esta inscripción (y de otras como ella), al no ser dual, no usará de las consonantes sordas y sonoras (ta / da, ka / ga, etc.), aunque por el momento, como testimonio de la trascripción usada en Hesperia previamente, marcará los signos complejos mediante sílabas con tilde en la vocal ( tá, ká, etc.); p. ej. balkélakú (CS.18.01).

Las inscripciones pintadas de Liria, por su parte, presentan una paleografía muy característica, con abundante uso de las variantes más complejas de los signos, formas más estilizadas y curvilíneas –gracias al uso de la técnica de la pintura– e interpunciones compuestas por tres y más puntos.

Variantes paleográficas

Dado que no disponemos de un corpus unitario de cada variante epigráfica del signario ibérico levantino o nororiental –que está siendo elaborado– los comentarios epigráficos en la ficha de inscripciones que pertenecen a la región F se refieren a las variantes establecidas por Untermann en el volumen III 1 de los MLH, pp. 246-247. Las transcribimos a continuación para comodidad del lector: Signario levantino o nororiental

Mapas

Yacimientos en la zona epigráfica F con su referencia Hesperia. Mapa sensible: click sobre el yacimiento de Sagunto para ver fotos del yacimiento.

Castillo de Sagunto